Y también fui candidato a Presidente
Estimado director:
Lo más común es que los candidatos a la presidencia van tomando forma y presencia en la medida que van en alza sus guarismos en las encuestas.
El caso más representativo ha sido la candidatura de la actual Presidenta para su segundo mandato, que incluso marcando altas cifras de aceptación, solo al tiempo se decidió a aceptar la designación.
Entonces surge la pregunta ¿Por qué una persona podría asumir participar en una carrera presidencial, a pesar que en las encuestas solo brilla por su ausencia? De seguro las respuestas pueden ser varias, una primera selección diría que para terminar su carrera política con la máxima aspiración posible, cruzarse la banda presidencial, o bien para escribir un capítulo especial cuando haga sus memorias políticas.
Tal vez para contárselo a sus descendencias, y por qué no, para darse un gustito personal o emulando al animador de un famoso programa internacional, cuando dice: "Yo estuve allí", o al Barón Pierre de Coubertin... "Lo importante no es vencer, sino participar".
Sin dudas podríamos encontrar bastantes más, sin embargo han ocurrido casos en que candidatos que sin mostrarse bien posicionados en las previas, luego en la elección definitiva han dado un verdadero "golpe a la cátedra".
Mientras que otros que corrían como "fijos", llegaron tarde a la repartición de votos.
De seguro cada uno debe estar siendo asesorado por equipos que lo animan a tomarse el micrófono y tomar la palabra, presentar un menú de promesas, de soluciones exprés a todos los entuertos que se mueven y como siempre será la ciudadanía que decidirá si su futuro se desarrollará en La Moneda.
Tal vez lo único diferente es que hoy las personas están "curadas de espanto" con todo lo que investigan las fiscalías con la corrupción, colusión, nepotismo, uso y abuso de información privilegiada, "jubilazos", Caval, Penta, SQM, entre otros, que cada nuevo candidato deberá superar cualquier "test de blancura" en sus versiones más actualizadas.
Ello provocará que simultáneamente al anunciar su postulación debería inscribir ante notario todo su currículo personal, de familiares, estudios superiores, patrimonios personales, "sueños incumplidos" de los familiares más cercanos, todo para que los chilenos no se lleven sorpresas.
Porque cuando ya es muy tarde, se enteran por la prensa.
Luis Enrique Soler Milla