El liceano estudioso de las bacterias que quiere explorar La Antártida
Manuel Droguett es un joven científico del Liceo La Chimba, que investiga los microorganismos extremos. Junto a otros escolares antofagastinos participan en una feria de Punta Arenas, donde los ganadores irán al Continente Blanco.
Oriundo de la X Región, Manuel Droguett (16) ya ha participado en proyectos de gran valor científico y hace dos años que se encuentra enfocado al estudio de las bacterias en el norte de Chile, junto con expertos de la Universidad de Antofagasta.
Fue en 2014 cuando este alumno de tercero medio del Liceo La Chimba fue parte del Congreso Regional de Ciencia y Tecnología del programa PAR Explora Antofagasta, con su proyecto llamado "Yungay, Marte en la Tierra", el que se trató del aislamiento de una bacteria en el Desierto de Atacama.
Así, pudo concluir que es posible que si este organismo sobrevivió a las inhóspitas condiciones del desierto más árido del mundo, entonces también podría ocurrir lo mismo en la superficie marciana de similares características.
Con ello resultó ganador del certamen y después a nivel nacional para así representar al país en la feria Intel Isef de Estados Unidos, un evento que se encuentra dentro de los más importantes del mundo en lo que respecta a la ciencia y tecnología escolar. Por ello recibió un reconocimiento de la Organización de los Estados Americanos (OEA), al estar dentro de los mejores proyectos, en un listado que superaba las mil iniciativas.
Para ello trabajó bajo el asesoramiento de las expertas Francisca Marchant y Cristina Dorador de la UA.
Pero el joven científico no se detiene y es por eso que actualmente forma parte de la comitiva que se encuentra presente en la XIII Feria Antártica Escolar (FAE) de Punta Arenas, una iniciativa que está a cargo del Instituto Antártico Chileno (Inach), el cual busca crear el incentivo para la investigación sobre el llamado Continente Blanco, pero para los escolares de Enseñanza Media.
En total son 28 los trabajos que fueron seleccionados en todo el país para así exponerlos en la feria que comenzó el domingo y que se extenderá hasta el miércoles en la austral ciudad, en donde son sólo cinco proyectos de la zona norte los que estarán presentes en esta actividad.
Y desde Antofagasta, los trabajos que representarán a toda la región corresponden a: "La Acidificación Oceánica y su Probable Influencia en las Tramas Tróficas Antárticas" del Colegio Inglés San José; "Uniendo Extremos: Sobrevivencia de Microorganismos Antárticos a Alta Radiación Solar Natural del Norte de Chile" del Liceo Científico Humanista La Chimba; "Antártica o Antártida en el Imaginario Colectivo" del The Giant School y "Traga, Traga, Filtro de captación de Partículas" del Liceo Experimental Artístico (LEA).
Todos se someterán a un jurado integrado por profesionales de distintas áreas sociales. Y a través de un comité científico determinarán a los ganadores ¿El premio? Un viaje hasta el congelado continente, como parte de la Expedición Antártica.
En los días que dure la feria un jurado ciudadano integrado por profesionales de distintas áreas de la sociedad y junto a un comité científico, dilucidarán cuáles serán los equipos ganadores que viajarán al Continente Blanco como parte de la Expedición Antártica Escolar.
Con eso, la ilusión de Manuel no es menor. Para ello se encuentra trabajando con su proyecto "Uniendo Extremos: Sobrevivencia de Microorganismos Antárticos a Alta Radiación Solar del Norte de Chile, bajo la tutela de las expertas Lenka Kurte y Vilma Pérez, también de la UA.
Éste consistió en seleccionar una bacteria antártica y determinar su tolerancia a la radiación ultravioleta, ya que es en esta zona donde se encuentran las mayores dimensiones del agujero de la Capa de Ozono.
Por lo tanto, los microorganismos que se encuentran aquí deben soportar condiciones extremas. Así, la idea fue probar si es que estos seres microscópicos son capaces de sobrevivir a la radiación del norte del país.
"Escogí el microorganismo por tener una pigmentación de color ocre, ya que al ser pigmentado se supone que resiste más a la radiación solar debido a que en ese continente se encuentra la depleción (agotamiento) de la capa de Ozono que influye en el incremento de la radiación solar", comenta el joven científico.
Para el experimento se utilizaron dos cepas de la Antártica y una bacteria Rhodobacter del Salar de Huasco y tras haberlas cultivado en agua marina artificial, con y sin suplemento de glucosa, los organismos fueron expuestos a la radiación de Antofagasta.
Los resultados determinaron que las células de la cepa antártica presentaron un alto nivel de inhibición en su crecimiento. Pero algunas de ellas, fueron capaces de sobrevivir a los altos niveles de radiación solar, por lo que desarrollarían mecanismos de tolerancia a estas condiciones.
Joven científico
En el plano personal, Manuel siempre fue un enamorado de la ciencia. Rara vez deja de estar pendiente de estudiar o leer "papers" científicos.
Estando en la academia científica de su colegio, comenzó a dar sus primeros pasos.
Y su principal pasión son las bacterias. Eso porque "están en todo el mundo. Yo en especial trabajo con las extremófilas, las cuales son organismos que viven en lugares extremos, a temperaturas muy altas o muy bajas", dice el muchacho.
"Comencé en octavo y seguí en primero medio, cuando comenzamos el proyecto Yungay, Marte en la Tierra, con el cual pude ir a Estados Unidos. Después el profesor de mi liceo fue desvinculado, pero yo seguí trabajando por mi cuenta con más contactos en la universidad y el programa Explora", destaca Manuel.
Su viaje comenzó el sábado, con un bolso lleno de sueños para mostrar junto al resto de escolares antofagastinos, cómo han trabajado en el mundo del conocimiento científico.
Es por eso que piensa lo que significa si es que se da la oportunidad de visitar el Continente Blanco. "Sería algo súper genial porque allá hay vida endémica, es decir hay organismos que se encuentran solamente en ese sector. Aparte que no todos llegan a la Antártica y por lo que sé, hay científicos muy buenos, con los que me gustaría poder hacer contacto", añade.
De esta forma Manuel sigue avanzando su camino en el mundo de la investigación científica, por lo que pese a su corta edad, ya tiene claro cuál será su futuro: seguir la carrera de la biotecnología, específicamente el estudio de los organismos vivos y su aplicación en la tecnología.