La construcción de la escuela E-10 es una de las obras más esperadas por la comunidad tocopillana que debió esperar años para que se concretara, después que el terremoto del 2007 hiciera estragos en el edificio.
Sin embargo lo que es un progreso para un número indeterminado de tocopillanos que se verán beneficiados con la escuela por generaciones, ha sido un suplicio para una familia que vive en Almirante Riveros, la cual ha debido soportar todos los problemas que significan vivir frente a una construcción de gran envergadura.
Jaime Valenzuela Magaña es el jefe de familia que comentó que desde que comenzaron las obras han debido soportar ruidos molestos debido a que comienzan a trabajar desde muy temprano y terminan en altas horas de la noche de domingo a domingo. Además indicó que los camiones descargan fuera de su casa por la entrada que tiene la construcción ahí.
Y finalmente, los polvos en suspensión que le tienen su casa, que hace muy poco tiempo fue remodelada y pintada, en muy malas condiciones, ya que las ventanas de madera, balcones, techos del patio y murallas están completamente llenos de material.
Debido a esto Valenzuela indicó que se comunicó con la empresa directamente en la faena para explicarle su situación, además con el Ministerio de Obras Públicas, donde hasta el momento que habló con la Estrella aún no tenía una respuesta.
Lo que solicita es que se cumplan horarios para trabajar que le permitan a ellos como familia descansar especialmente los domingos; que suban las barreras de contención de polvo, que mojen el terreno cuando trabajen y que una vez que terminen los trabajos dejen su casa como estaba.
Por su parte desde la Dirección Regional de Arquitectura informaron que se le dio respuesta al vecino por el sistema de Atención Ciudadana, y que a su vez instruyó a la constructora, través de un oficio, definir e implementar medidas de mitigación para reducir los impactos negativos de la construcción en un plazo de 10 días, previa evaluación del inspector fiscal de la obra.
Además, se requirió remitir copia de la autorización formal de jornada extraordinaria y eventual sistema de contra turnos emitido por la Dirección del Trabajo, e informar la definición de la jornada laboral, conforme a las exigencias establecidas por la normativa municipal.
Dentro de dichas medidas, la empresa se comprometió a mantener humectada la malla raschel que se ubica en la parte superior del cierre perimetral de la construcción para atrapar la mayor cantidad de polvo en suspensión. Los accesos de camiones a la obra se mantienen con riego constante, minimizando de esta forma, el polvo en suspensión. También se comprometieron a contar con personal permanente para mantener el aseo en donde se cuenta con accesos vehiculares. Finalmente se instruyó a la empresa proveedora de hormigones, que en el caso de que algún camión deba esperar para su ingreso y descarga de material, lo haga al interior de la obra en alguno de los otros accesos, o en su defecto estacionado en la Avenida 18 de septiembre.
11 de agosto, el inspector fiscal visitó la obra con el fin de supervisar con la empresa las medidas de mitigación.