Cartas
Tres consideraciones al salario mínimo
Señor director:
Primero que todo, el salario es una relación política, no es una relación técnica, es decir, es el resultado de una disputa entre el trabajo y el capital por cómo se reparte la "torta", o sea por cómo se reparte la producción y/o ingreso que genera capital y trabajo. En consecuencia, el problema central acá es que el salario es bajo, fundamentalmente, por la prácticamente despreciable capacidad política que tiene el trabajo para pelear por una repartición más justa de la "torta" que es el resultado de la producción entre capital y trabajo.
El segundo elemento es que no está demostrado, científica y seriamente, que el aumento del salario mínimo redunde en un aumento del desempleo. Esa idea es la que instalan los grupos económicos y las autoridades para frenar la presión de los trabajadores sobre los salarios. Lo que sí está demostrado, hace ya más de un siglo por economistas clásicos, es que cada vez que los salarios suben, el lucro, las utilidades y las ganancias de las empresas bajan. Esto lo dejó claro David Ricardo (economista clásico) al investigar y darse cuenta que "cuando el salario sube el lucro baja". Y ese es el real problema que tiene el gran empresariado, ya que una eventual subida de los salarios afectaría su interés más preciado, que es la acumulación ilimitada de la riqueza producida por los trabajadores.
Tercer elemento a considerar, es que este Nuevo Salario Mínimo que a partir del 1 de julio de 2016 será de $257.500 brutos, es decir, $206.000 líquidos (lo que queda en el bolsillo). Alcanza para 1 kilo de pan al día, ir y volver al trabajo y un arriendo básico de una pieza. Sobre esto, vale decir, que El Salario Mínimo es bajo porque mediante aquello, hay unos pocos que acumulan y ganan a costa de mantener salarios bajos y trabajadores endeudados.
Finalmente, al entender esta situación debemos socializarla, para luego asumir la necesidad de ejercer el poder como clase trabajadora, informándonos diariamente, discutiendo, participando, organizándonos en el trabajo, proponiendo y levantando nuestros propios representantes, dirigentes y candidatos de base que no estén involucrados con los representantes (Nueva Mayoría y Chile Vamos) del gran empresariado, quienes en conjunto con el resto de los trabajadores que asuman un compromiso social y político en la transformación de esta situación laboral, podremos avanzar paso a paso en la transformación estructural del sistema que sustenta éstas y otras situaciones de injusticia social en nuestro país.
Mario Ramírez Flores
profesor tocopillano