Rescatistas de Antofa regresaron luego de ayudar en Ecuador
Unidad "K-9" de Creixell Chile estuvo una semana trabajando en la zona afectada por el terremoto y uno de sus miembros recuerda cómo fue buscar entre los escombros y con ayuda de sus perros a las personas fallecidas.
Edificios en el suelo, miles de gritos, llantos y gente que no entendía qué había ocurrido.
Eso era lo que se vivió los primeros momentos del sábado 16 de abril cuando la tierra de la provincia de Manabí (Ecuador) soportó un terremoto 7,8 en la escala de Richter, el sismo más fuerte que haya vivido Ecuador desde mediados de los '80.
Las provincias de Manabí y Esmeraldas fueron las más afectadas y es en esa zona donde la ayuda tanto ecuatoriana como del extranjero se ha concentrado, debido a que literalmente son cientos los edificios y viviendas en el suelo.
Hasta el momento, la última cifra oficial de fallecidos asciende a 659, de los cuales varios cuerpos fueron encontrados por equipos de búsqueda tanto de Ecuador como de otros países que llegaron a colaborar y uno de esos equipos viajó desde Antofagasta junto a dos perros muy bien entrenados para este tipo de emergencias.
La agrupación es la ONG internacional canina especialista en rescate y salvamento, "K-9" de Creixell y los miembros que viajaron hasta la zona ecuatoriana afectada fueron Javier Monje, Luis Plaza y Reynaldo Rivera, presidente de la ONG en Chile y, además, comandante del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta.
Cuando llegaron a Ecuador, a nuestra unidad se les unieron compañeros de "K-9" de Creixell España y dos voluntarios -uno de ellos médico- que viajaron desde Calama.
"Éramos un grupo de cerca de ocho personas, las cuales trabajamos casi sin descanso", cuenta Reynaldo, quien llegó el martes a la capital regional.
Vuelo
"La tarde del lunes 18 llegamos al aeropuerto de Antofagasta con "Usar" y "Max", nuestros canes adiestrados para labores de búsqueda. Desde ahí volamos a Santiago, luego a Bogotá, posteriormente a Quito y tras casi 12 horas de viaje, llegamos a Manta", recuerda el rescatista y bombero.
El comandante de bomberos cuenta que en algunos tramos de los vuelos los perritos viajaron con ellos en la cabina, pero en otros en la bodega. Esto debido a que "cuando la bodega es presurizada los canes pueden viajar sin problemas allí. Pero en la segunda aerolínea (Avianca) al no tener la bodega acondicionada, los perritos volaron con nosotros en la cabina (…) Apenas llegamos a Manta, la mañana del martes, comenzamos las labores de búsqueda".
Rivera cuenta que apenas aterrizaron en Manta, se subieron a unos vehículos de rescate para comenzar a marcar las zonas donde hubieran cadáveres. Eso sí, el profesional aclara que "los canes de nuestra unidad están entrenados para identificar tanto a sobrevivientes como cuerpos, sin embargo, nosotros sólo indicamos dónde está la persona y los equipos de búsqueda hacen la extracción".
Ese martes fue a full. Rivera y su equipo estuvieron tanto en Manta como en pueblos cercanos como Bahía y Canoa para luego establecer su base de operaciones en Portoviejo, una ciudad que también se vio muy afectada, aunque no tanto como Pedernales, localidad que según Reynaldo Rivera, "estaba el 75% de ella en el suelo".
Ya en Portoviejo -ciudad con poco más de 300 mil habitantes- Reynaldo, Javier y Luis, junto a sus colegas españoles analizaron más de 30 edificios para ver si había cuerpos al interior.
"La infraestructura de las casas y edificios de la zona afectada por el terremoto es similar a las viviendas del norte de Chile, pero las nuestras están más reforzadas y eso se notó porque en Portoviejo buscamos por más de 30 edificios, es decir, casi la mitad de los que hay en la ciudad, explica.
Respecto a la labor de "Usar" y "Max", el presidente de "K-9" de Creixell Chile destacó la fuerza incansable que tuvieron, aunque modificaron sus horarios de trabajo debido al fuerte calor y humedad.
"El calor era insoportable y a eso había que sumarle los mosquitos, para lo cual había que echarse a cada rato repelente", recuerda Reynaldo, quien agrega que "un día hubo más de 40 grados y siempre mucha humedad, por lo que trabajábamos con los perros sólo en la mañana temprano y en la tarde noche. Ni los perros ni nosotros soportábamos el calor y humedad que había al mediodía".
Luego de recorrer decenas de edificios y casas buscando personas o cuerpos en las zonas afectadas por el terremoto de Ecuador, Reynaldo junto a su equipo y los perritos "Usar" y "Max" emprendieron el viaje de regreso a Antofagasta con la satisfacción de haber realizado una gran labor y eso se lo hicieron notar tanto el Presidente Rafael Correa, quien los condecoró en el palacio de gobierno y los mismos vecinos afectados, quienes aplaudieron el trabajo de los chilenos y españoles de "K-9" de Creixell.
"La gente siempre se mostró muy respetuosa y agradecida, nunca tuvimos un problema y, a pesar de la situación, allá no hubo saqueos de ningún tipo. Fue un gusto haber podido ayudar con un granito de arena", dice Reynaldo.