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La Marcia llegó del Caribe a ser la reina del huerto

La bella joven llegó hace siete años de Buenaventura, Colombia, en busca de mejores oportunidades, las que comenzó a forjar en el Centro de la Fundación Las Familias.
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Ricardo Muñoz E.

Con una mochila cargada de sueños, Marcia Castillo llegó hace cinco años de Buenaventura, Colombia. De alguna forma, para buscar un futuro mejor, ya que en su país natal no se estaba pasando por un buen momento en lo económico.

Motivada por el hecho de buscar un mejor futuro en esta zona, Marcia poco a poco comenzó a luchar para conseguir trabajo en Antofagasta, aunque reconoce que en muchas ocasiones se sintió de alguna forma discriminada por ser extranjera.

"A veces los empleadores te quieren humillar porque una es inmigrante, pero siempre he dicho que independiente que venga de mi país, no me dejo pisotear por nadie...", comenta esta joven de 35 años.

Marcia, junto a su esposo, es uno de los tantos extranjeros que viven en el Campamento un Techo para un Pueblo Latinoamericano, ubicado en el sector norte alto de la capital regional.

Sueños

Cuenta que vive en este lugar por los altos costos de los arriendos en Antofagasta, mientras espera reunir las condiciones necesarias para adquirir una vivienda propia.

Obviamente está al tanto de la situación de sus compatriotas en la Perla del Norte, pero pone paños fríos a este tema. "Como siempre por uno, pagamos todos. Pero gracias a Dios no me siento así discriminada yo, porque he venido a trabajar. Sigo luchando, saliendo adelante y estoy bien", dice con orgullo, dejando atrás lo de la situación laboral anterior que enfrentó.

Debido a la proximidad de su vivienda, Marcia llegó un día hasta el Centro de la Fundación Las Familias de la Dirección Socio Cultural de la Presidencia de la República que se ubica en la intersección de las calles Morla con Luis Cruz Martínez.

Sólo durante el año pasado se contaron 250 familias que fueron beneficiadas con programas de apoyo social, no importando el sector o la edad de las personas.

Ella es parte del 45% aproximadamente de beneficiarios que son extranjeros y se han visto beneficiados con los distintos talleres.

Hace ocho meses que llegó a este centro y fue ahí donde desarrolló su especialidad en el taller de huerto, aprendiendo las bondades de sembrar y cosechar diversas verduras, como tomates, lechugas, coliflor y varias especies de plantas.

Este lugar es un espacio bastante reducido, como si fuera algo así como una bodega, pero rodeado de cientos de envases plásticos de botellas que dan las condiciones climáticas para que los vegetales puedan crecer.

Incluso aquí, dicen los encargados, lograron hasta producir crema de aloe vera que después le enviaron a la Presidenta.

"Antes no me gustaban las plantas (ríe), pero era el único curso que podía asistir porque ingresé a trabajar. Pero aprendí a sembrar, cómo se debe mezclar la tierra", comentó la joven y agregó que esta práctica ya la está llevando a cabo en su casa y no descarta en tomar estos conocimientos para utilizarlos como un emprendimiento. Hoy la Marcia se dedica al trabajo en una empresa de buses y continúa con su actividad en el centro, mientras sueña con un día estudiar análisis de sistemas y volver a Colombia con su propia vivienda.