Anchoas y "caballas" vararon ayer en el Balneario Municipal
Decenas de antofagastinos llegaron hasta la principal playa de la ciudad para recoger los peces.
El reloj marcaba las 10:30 horas pero desde muy temprano habían antofagastinos en el Balneario Municipal y, aunque estaban en el agua, no era precisamente para bañarse.
El motivo de porqué se encontraban en la orilla y con el agua hasta la cintura era simple y muy conveniente económicamente: desde tempranas horas cientos -o quizá unos pocos miles- de peces comenzaron a vararse en la orilla.
Para ser más precisos, el pescado que se varaba era la anchoveta y detrás de ellos -aún en el agua, pero a escasos metros de la orilla- la "caballa" o también conocida "cabaña", cuyo nombre científico es Scomber japonicus.
Aunque la disyuntiva del nombre era lo que menos importaba. Durante gran parte de la mañana y la tarde, lo único relevante para los amantes de la pesca aficionada o quienes deseaban ahorrarse un dinero, era tener unos metros de lienza y baldes para dejar el "botín". Ni siquiera hacía falta tener carnada, ya que muchos utilizaban la misma anchoveta que estaba varada.
Felices
Todos quienes estaban en el Balneario Municipal tenían una sonrisa de oreja a oreja. A pesar que la "caballa" no es un pescado muy cotizado para ser cocinado -principalmente por su gran cantidad de espinas- al estar literariamente "regalado", los antofagastinos aprovecharon de pescar lo más que pudieron.
"Mi hijo me avisó de la varazón, yo no tenía idea y como soy un pescador aficionado llegué con mis cosas y altiro empecé a sacar (pescados). No había que esperar nada, 'picaban' altiro", expresó Raúl Castro, quien agregó que "no venderé el pescado, es para la familia porque está muy caro en el Terminal Pesquero, ahora que se viene Semana Santa subieron los precios".
José Díaz, otro antofagastino que llegó con unos metros de lienza dijo que estaba sorprendido con esta varazón y que, aunque se debía a algo natural, también dijo que "es un regalo de Dios porque es justo ocurrió en esta fecha".
Al Balneario Municipal también acudió Marcelo Oliva, biólogo pesquero de la Universidad de Antofagasta (UA) pero no para sacar pescados para comerlos, sino para estudiarlos.
El académico dijo que "las varazones son eventos relativamente normales, pero cuando se dan en zonas urbanas causa revuelo", comentó.
Consultado sobre el motivo de esta varazón, el doctor en biología marina y también académico de la UA, Carlos Guerra, explicó que "el fenómeno de El Niño ha reducido la oferta alimentaria de muchos depredadores, en este caso, la 'caballa' y otros peces más grandes que persiguen a las anchovetas hasta acorralarlas en una bahía cerrada de la cual prácticamente no pueden salir".
Pero las "caballas" no eran el único depredador de las anchovetas, sino también el cormorán Guanay, el cual llega desde el sur de Perú en busca de alimento.
Guerra contó que la "caballa" no es muy conocida en los platos locales, pero que se utiliza bastante para fabricar harina de pescado.
"Escuché por la radio que había una varazón de pescados y me vine corriendo al balneario".
Wilson Ángel, pescador aficionado