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Nonitos cuentan la receta para un amor duradero

Cumplir 50 años de matrimonio no lo logra cualquiera. El buen humor, la paciencia y el apoyo mutuo son claves para envejecer juntos. Ellos le dicen cómo lo hicieron.
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Claudia Cáceres C. - La Estrella de Antofagasta

Dicen que el amor de antes, ese "amor a la antigua", era mucho más apasionado y difícil de derribar. Y es que en los años '60 no existía la tecnología de hoy; no se podía enviar un simple 'te amo' por Whatsapp o publicar una foto en Facebook como demostración de cariño.

En esos tiempos los enamorados se la jugaban con cartas románticas, salidas al teatro o bailando un lento, clásicas acciones de conquista que en varios casos resultaron en matrimonios de más de 50 años ¿Cuál es la receta para durar tanto tiempo? Los nonitos se la cuentan.

Paciencia de oro

Juana Serrano (75) y su esposo Alfonso Sándoval (78), aseguran que la clave para envejecer juntos es tener una gran paciencia y ser muy querendones con la familia, ingredientes que no les han fallado y que han servido para mantenerse unidos por más 54 años.

Se conocieron cuando él era un camionero que debía realizar negocios en Antofagasta y ella una vendedora en un puesto de verduras.

"Alfonso vivía en Arica y en sus viajes siempre pasaba a verme al negocio, ahí empezamos a pololear. Un día nos enojamos y él llegó con mariachis; lo perdoné y luego nos casamos. Hoy tenemos cuatro hijas, nueve nietos y un bisnieto, con quienes nos juntamos todos los miércoles a comer porotos. Somos muy unidos", dice muy chocha Juanita.

Alfonso asegura que lo más importante es la armonía en el hogar. "Cuando éramos más jóvenes viajábamos con nuestros hijos en camión hacia el sur. Puedo decir que hemos vivido puras anécdotas lindas. Hoy en día ella cuida de mi, tiene una gran dedicación y por eso somos muy felices, nos cuidamos mutuamente", afirma.

Resiliencia

Carlos Chodin (68) y Margarita Haro (66) creen que la receta para durar muchos años - ellos llevan 47 de matrimonio - es saber superar los obstáculos de la vida pese a cualquier adversidad.

Su relación en un comienzo fue difícil ya que debieron trasladarse desde Chiloé a la oficina Pedro de Valdivia, en donde tuvieron tres hijos.

Ambos dicen que irse de la salitrera los marcó, pues cuando la pampa entró en crisis debieron dejar su trabajo y trasladarse a Antofagasta en 1990. Al año siguiente fue el aluvión, pero aún así supieron salir adelante.

"Como todo matrimonio siempre hay problemas y dificultades, pero aquí mandó el amor, la tolerancia, el apoyo, la comunicación, las ganas de surgir y lo más importante: el cuidarse y respetarse en las buenas y en las malas", dice Margarita.

Preocupación

En el caso de Olga Rojas (84) y Segundo Bravo (74), lo fundamental para ser eternos enamorados es la perseverancia y el cuidado mutuo. Él, un trabajador santiaguino, conoció a su enamorada en la pensión a la que llegó cuando debía hospedarse mientras realizaba sus funciones.

"Cuando iba a terminar el proyecto mi jefe me dijo que nos teníamos que ir a Valdivia porque había una peguita allá. No me fui, me casé con ella; sin trabajo, sin nada. Me enamoré. Tuvimos cuatro hijos", dice Segundo.

Asegura también que no se ha dado cuenta del paso del tiempo ni cómo llegaron tan rápido a cumplir 54 años de matrimonio."Me tocó una mujer muy buena, por eso ahora está enfermita (...) se preocupó mucho de nuestra familia, ahora la cuido; la baño, le doy sus remedios y hasta le cocino (risas)".

El abuelito dice que las parejas de hoy en día no duran mucho porque no saben comprenderse. "Deben conversar, entenderse y opinar como pareja.El hombre no debe ser tan machista, tiene que ayudar a su esposa", afirma.

Buen humor

El matrimonio de Juan Figueroa (88) y Margarita Gatica (76) ha tenido altos y bajos. Cuando eran unos lolos sufrieron el fallecimiento de sus primeros bebés, heridas que con el tiempo fueron superando. Al igual que enfermedades, como lo es la diabetes de Margarita, quien con rehabilitación pudo volver a caminar.

Pese a todo han salido adelante con el apoyo de sus cuatro hijos y nietos, con quienes han compartido la receta del amor, que a su juicio está compuesta por la paciencia, el optimismo y el buen humor. "El respeto y una buena comunicación nunca deben faltar, pues son la base para que uno pueda tener una linda historia de amor. Los valores que uno les entrega a sus hijos también son muy importantes. La familia es el pilar fundamental para tener un amor duradero", dice Juan.