Cartas
No llegó el camión
Señor director:
En Tocopilla, una ciudad que hace rato se quedó en el pasado, el único supermercado existente se caracteriza por un pésima atención y un oportuno abastecimiento, al punto que muchos ya le cambiaron el nombre, y en vez de Unimarc lo denominan "Uninohay".
Es habitual la falta de respeto al público consumidor que está obligado a concurrir a ese sitio, porque otros establecimientos que se denominan "supermercados", no son más que almacenes un poco más grandes que el resto.
Los últimos días del año pasado no había nada de nada, y al preguntar a las dependientes por qué sucedía esto, la respuesta era invariable: no llego el camión.
Todo eso sin referirme a que este negocio es excesivamente caro, aunque eso podría entenderse, porque en Chile hay libertad de precios, pero en muchos casos se les pasa la mano. Ante la escasez de diversos productos, uno nunca ve a algún supervisor, los cuales, junto con la administradora, parecen esconderse en el segundo piso.
Comprar carne, pollo, cerdo o queso y cecinas, es un drama porque a veces, hay uno y generosamente dos empleados, lo que obliga al público a esperar excesivamente para ser atendido, olvidando el supermercado que todos merecemos respeto.
Y esta historia es muy larga, ya que en oportunidades no hay verduras y en otras faltan los huevos u otros productos esenciales.
Uno compara cuando el supermercado era propiedad de una persona y el establecimiento se ubicaba en 21 de Mayo esquina Colón, cuando la atención y la variedad de productos eran enormes. Todo cambió para mal y cada día la situación empeora.
Todos nos preguntamos por qué no se instala otro supermercado y aunque esa sería una determinación empresarial, nuestras autoridades, en especial el alcalde deberían invitar a representantes de cadenas e interesarlos en operar en este puerto, donde pese a la situación económica, no pueden negarse que esta ciudad circula harta plata. Vea por ejemplo el aumento gigantesco de bares, restaurantes y otros negocios, pero lamentablemente estamos sometidos a una incapacidad e indiferencia de los señores de "Uninohay", a quienes no salva ni siquiera Zabaleta que se esfuerza por asegurar que hay numerosas ofertas, ni tampoco justificar que muchas oportunidades no llegó el camión.
Y para terminar, la culpa no es del personal sino de quienes están más arriba y parecen estar físicamente ausente.
Y como la guinda de la torta colusión entre varias cadenas de supermercados
Muchas gracias.
Juan Guzmán Zamora