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125 años del Ferrocarril Salitrero

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El 15 de noviembre de 1890 fue inaugurado el Ferrocarril Salitrero que unió la pampa con el puerto. Esta labor dirigida por ingenieros ingleses se prolongó algunos años y fue inaugurada por el Presidente José Manuel Balmaceda.

Se trató de una labor gigantesca con participación de muchos extranjeros, mayoritariamente chinos. En un siglo y cuarto de existencia, los convoyes salitreros han recorrido millones de kilómetros y en su trayectoria han trabajado miles de personas.

Esta obra que despertó admiración mundial por lo complicado de su trazado es, sin duda, un patrimonio de Tocopilla y podríamos contar innumerables anécdotas y recordar algunos hechos trágicos.

En la actualidad el ferrocarril está detenido por los efectos del aluvión del 9 de agosto pasado y los tocopillanos, en especial los que trabajamos en la empresa salitrera, deseamos que pronto vuelva a normalizar su recorrido, anunciado por el ruido de las campanas de las locomotoras que, incluso, se han reproducido en algunas canciones dedicadas a este puerto.

Aprovecho la ocasión para recordar los buenos momentos que viví desde niño en la Cía. Anglo Chilena, luego Anglo Lautaro y finalmente Soquimich. Fue una época extraordinaria donde pude comprobar que trabajar ahí fue un verdadero privilegio, pues era una verdadera escuela donde primaba el compañerismo y la amistad; y no existían envidias ni rencores.

En la empresa trabajaban alrededor de 300 personas y en la actualidad no debemos quedar más de 60, incluyendo a varios de mi época que residen en el extranjero. Tuvimos muchas oportunidades, que en mi caso en particular, gracias al estímulo de mis jefes, significaron un ascenso continuo hasta lograr el título de agente de Aduana y jefe del departamento respectivo, que ocupé por 12 años hasta acogerme a jubilación por la Caja de Previsión de la Marina Mercante.

Tengo un grato recuerdo de las tres décadas que presté servicios en la empresa y añoro con cariño y sincera gratitud a tantos amigos que me brindaron su amistad dentro y fuera de las horas de oficina, muchos de los cuales ya no están con nosotros.

Relato mi caso personal, pero ese sentir lo comparten muchas personas. El pasado laboral era muy distinto al actual y se podría graficar en cientos de anécdotas y la vivencia de años de una confraternidad que no existe en nuestros días.

He querido aprovechar el aniversario del Ferrocarril Salitrero para no solo recordar sino que dar las gracias a quienes fueron mis jefes y mis compañeros de trabajo, hombres y mujeres. Ojalá que más temprano que tarde volvamos a escuchar las campanas de las locomotoras y que SQM retorne a su calidad de ser una gran empresa formadora y vital para el desarrollo de nuestra querida ciudad.

Iván González G.