En los convulsionados días post aluvión, encontramos a una familia boliviana que había salvado de milagro de quedar inundada bajo el barro y escombro que descendió desde el cerro, quienes accedieron a contarnos su historia.

Aquella vez todos se encontraban sacando el barro desde el interior de la casa que arrendaban con la ayuda de los amigos y la presencia aguerrida y comprometida de pequeño Luis Mario, de tan sólo ocho años y quien apareció en una fotografía en La Estrella, metido en el barro y sacándolo con una pala.

Imagen que la madre del pequeño Liced Kadima aún guarda, a pesar que el diario tiene barro en algunos lados. Actualmente, no vive en el mismo lugar después de esa experiencia se fue a vivir a los albergues, primero en la escuela Gabriela Mistral y luego en la casona de SQM, desde donde se fue hasta una casa en la calle San Martín.

Ahí la encontramos ayer donde nos relató las peripecias que vivió después del aluvión y que ahora la tienen viviendo en esa casa desde hace un mes.

En el lugar comentó que después que salió en el diario, unos vecinos le comentaron que llegaron algunas personas preguntado por ellos, especialmente por Luis Mario, pero nunca los pudo encontrar, ya que no volvió más al lugar.

También aprovechó de dar las gracias a todas las personas que en este tiempo los han ayudado, los profesores del Liceo Domingo Latrille donde estudia su hija Mileydy, y de la escuela Bernardo O'Higgins, donde van Luis Mario y la menor del clan Luciane. Además de los dos párrocos de la iglesia.

Por su situación pudo ser beneficiaria del bono de enseres y recibir algunas ayudas en mercaderías, algo que agradece y que cuenta, le ha servido para poder volver a empezar, junto a su pareja, Jorge Barrios, en este tiempo donde nunca ha dejado de trabajar. Se ve que tien empuje y que a pesar de todo luchara por sacar a su familia adelante. J

Pocos animales pueden jactarse de tener la suerte de la tortuga Peppa, quien después del aluvión quedó enterrada viva y sobrevivió para contarlo o en este caso para ser la imagen de lo que sucedió.

Peppa vivía en calle Esmeralda, justo en la denominada zona cero donde el barro llegó con furia hasta las casas del sector, en una de esas estaba la tortuga que estuvo desaparecida por varios días y que sus dueños daban por perdida.

Pero por instinto de supervivencia, en medio de los trabajos de despeje de la zona que se realizaban en el lugar y cuando una pala mecánica sacaba material, la sorpresa tomó a todos los que en ese momento se encontraban ahí, porque se improvisó apareció la Peppa.

Hoy vive feliz, esta gordita y buena para comer y cada día que puede toma el sol tranquilamente. J