Tocopilla su estado de latencia y contaminación (1ª parte)
Nuestra pequeña ciudad azotada ferozmente por la madre naturaleza, creo que necesita -antes de comenzar los trabajos de reconstrucción- reflexionar muy conscientes sobre lo ya ocurrido en otros tiempos, adecuando para ello, estas tres palabras: Hábitat (no confundir con habitar), vulnerabilidad y reasentamiento, respetando los sentimientos de quienes perdieron a sus seres queridos y el esfuerzo de todas sus vidas.
Las viviendas construidas en los faldeos de los cerros que son parte de la Cordillera de la Costa, pero que también son parte de nuestro hábitat, están sufriendo permanentemente un estado de vulnerabilidad ante movimientos sísmicos o lluvias como las recientes. Es aquí donde se necesita a entidades de Gobierno, tales como Bienes Nacionales y Serviu, además del municipio, para que efectúen un catastro de casas que por décadas están desocupadas y que en algunos casos fueron legadas por sindicatos, según lo expresan los estatutos en caso de disolución de estos y donde los favorecidos, también hayan desaparecido, se ven varias dentro de la ciudad.
Estos servicios pueden confiscar los inmuebles y allí construir casas o pabellones habitacionales para efectuar un reasentamiento para las familias vulnerables. Con esto se mejorará su calidad de vida y donde habitaban, permitir un barrido de terrenos expuestos, con el propósito de que se construyan muros de contención o piscinas aluvionales, apropiadas a la conformación topográfica de los terrenos de esos sectores. Así por fin se podrá descansar de los permanentes pensamientos de la ocurrencia de tragedias como las que hemos soportado últimamente.
El DFL N° 50 declaró a Tocopilla como "Zona Saturada de Contaminación", y vemos con mucha inquietud, que los gases que son los que producen el daño más fuerte a la vida humana aún no son normados. La quema de combustibles fósiles continuará, mientras la población no aprenda a conocer de qué se trata el daño ambiental. Tenemos verdaderos cerros de cenizas con cargas activas de tóxicos.
Con estas lluvias, el desastre fue total en nuestro puerto y su borde costero, donde se deslizaron al mar cenizas. Esto produjo una mortandad de la fauna que es sustento de mariscadores y algueros, quienes mantienen allí su fuente laboral, la que beneficia a muchas familias.
Esto ya es grave, pero no es menor el daño a la biodiversidad marina.
Esta situación, amerita la concurrencia permanente en un tiempo determinado de profesionales en biología marina y de epidemiólogos del Servicio Nacional de Salud, con el propósito de que efectúen estudios que determinen resultados y exponerlos a la comunidad.
Wilfredo Castro Barrios
defensa del
medio ambiente e
indignado de Tocopilla