Hace 30 días, apenas horas después de que Chile se convirtiera en campeón de América, un portal brasileño afirmó que Jorge Valdivia, alias Mago, jugaría la próxima temporada en un equipo árabe. Con el fichaje, especulaba el medio, ganaban todos: Valdivia sumaría a su cuenta cerros de dólares y la dirigencia del Palmeiras se desharía de un jugador medianamente problemático.
Hoy, 5 de agosto, sin embargo, Valdivia está a la deriva. Palmeiras no lo quiere y en Emiratos Árabes dicen que nada saben de él. El 10, en definitiva, no tiene club. Pero aún: si hace algunas semanas un magnate chino preguntó por él, esa opción ya fue descartada por el propio jugador.
Además, últimamente ha vivido días estresados. Dirigentes del Verdao lo acusaron de conflictivo. Y él mismo, ayer, en una entrevista con ESPN, confesó un problema sanitario: en 2012, dijo, rosó el alcoholismo. "Me gustaba (tomar), a las mayoría de las personas les gusta, y a veces terminaba pasando los límites", confesó Valdivia, un ser humano ya rehabilitado.
Sumado a todo eso, un ex compañero escuchó el nombre de Valdivia y soltó una aglomeración de insultos. Dijo que el Mago es un hombre flojo. Que trabajar no es una de sus virtudes. Y que entre sentarse y correr, Valdivia siempre preferirá lo primero.
Según Marcos Assuncao, un volante musculoso que compartió con el Mago en 2012, en el plantel existía una facción que detestaba profundamente al chileno. Todo, por su fobia a entrenar.
"Valdivia es una bosta. Es un sinvergüenza, no se tomaba las cosas en serio", dijo Assuncao.
¿Bosta?
El insulto, analiza el profesor y perito en lengua castellana Jaime Campusano, denota un odio evidente de parte de Assuncao a Valdivia. Es, explica, un método muy antiguo de denostar a una persona. Su origen, añade, se remonta probablemente a la Edad Media.
"La bosta", dice el profesor, "es la mierda de res. Mierda pastosa, floja, ociosa, que cae del culo de las vacas".
Campusano, un defensor del buen uso del lenguaje, imagina que Assuncao quiso decir que Valdivia es una persona floja. Aunque, especula, puede haber otras interpretaciones. "Se puede referir a que es ocioso, pero también puede ser hediondo, fétido", dice. Luego agrega: "¡Me alegra hablar en confianza! A mí me cargan los cartuchismos". J