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Chuqui da para mucho"

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Nostalgia es lo primero que siente Gustavo Tapia cuando entra a nuestra redacción. "Yo trabajé de periodista en La Estrella del Norte", dice al saludarnos. A fines de los ochenta, y con la dictadura en retirada, la página 2 de este diario estaba completamente dedicada a la política, en una época donde recién se volvía a hablar después de tantos años de silencio. Gustavo la escribía diariamente.

Con esa misma nostalgia que motiva sus recuerdos, el periodista se motivó a escribir dos libros sobre la historia de Chuquicamata, patrimonio de nuestra región. Uno sobre su historia, y el último, "Chuquicamata, para que no me olvides", una novela que busca reflejar ese mundo aparte que era el campamento minero hasta su cierre, en 2007.

-En Chuquicamata hay muchos aspectos que tocar, mucho material al cual referirse. Había que referirse a la gente, por eso escribí esta novela. Ahí pensé 'tengo este mosaico, cómo lo interpreto'. Casualmente hubo una competencia atlética acá y hubo una carrera de postas. Y ahí estaba la solución para esta novela, construí esto como una carrera de postas, en que parte un personaje, sigue con la historia y así hasta el final.

Gustavo comienza a hablar sobre lo que el lector podrá encontrar en el libro. La historia de David Silberman, gerente de Cobrechuqui desaparecido por la dictadura en 1974, el cómo un niño deja de serlo y pasar a transformarse en hombre, entrelazando elementos reales con la ficción. "Uno de esos personajes que aparece acá es la historia que por lazos familiares era descendiente de un ex nazi. La historia da para mucho", dice.

-Si usted entra en internet se va a encontrar con el circuito turístico de los pueblos fantasmas de Estados Unidos, un circuito que lo lleva a usted por las ciudades del oeste que ya no existen. En Chuqui veo muy pocas ganas de transformarlo en un centro turístico de gran esplendor.

-En menos tiempo que eso, el último debe tener siete u ocho años.

-Primero porque quebraron Codelco, ya dejó de ser lo que era. En estos momentos está tratando de sobrevivir, no veo que vaya a derivar capitales desde la empresa hacia los fines turísticos que tiene la Corporación de Turismo de Calama.

-

-De bastante mala gana. Estando allá pude comprobar que el compromiso de la empresa con la celebración fue mínimo. J

Ignacio Araya Chanqueo