"1° de mayo" Una escuela de fútbol con un corazón gigante
Siempre Marcela Gutiérrez ha sido hincha del Real 1° de mayo, siguiendo y alentando a su esposo César Bravo. Pero un día decidió que su amor por el club no podía quedarse en la galería y comenzó a idear la implementación de una escuela de fútbol para niños.
La dirigencia del club le dio un par de vueltas a la idea y aceptó la propuesta de Marcela, apoyada por Juan Carlos Ríos y César Bravo. Ellos tres fueron los fundadores de una escuela que está a punto de cumplir dos años de vida y con más de 120 niños trabajando al alero del grupo de monitores que son jugadores del Real 1° de mayo.
La escuela se caracteriza por ser más una familia deportiva que un grupo que se reúne en una cancha a ver cómo juegan los niños. Y todo porque Marcela se ha encargado de impregnarle a la escuela ese toque femenino que la hace muy especial.
"No somos solo un grupo, somos una familia, todos ayudan. Los monitores están muy comprometidos con la escuela y también los padres. No hay diferencia de clase social, aquí todos somos iguales, somos una verdadera familia", destacó Marcela que no sólo cumple la labor de presidenta de la escuela, sino que de coordinadora, mamá, tía, consejera, como si fuese su propio hogar.
Ella tiene muy clara su labor dentro de la escuela. Reconoce que no sabe nada de fútbol, que le apasiona, pero para eso están los monitores. "Yo me hago cargo de los niños, esperarlos, llevarles las cosas, entregarles sus colaciones, conversar con las mamás para saber como están en la escuela, gestionar recursos por aquí por allá, armas las rifas (sonríe)... todo eso y más, pero lo hago con mucho gusto por la escuela y por mis niños", recalcó.
- Si alcanza el tiempo porque esta escuela comenzó en mi familia. Tengo el apoyo de César. Mi hijo más pequeño está en la escuela, entonces siempre estamos juntos.
escuela abierta
Esta escuela trabaja sin fines de lucro. Ninguno de sus niños paga mensualidad y los papás solo hacen un aporte, por familia no por jugador, pero sino igual son aceptados los pequeños.
"Tenemos niños y niñas de todos los estratos sociales, pero eso no importa aquí. Todos son iguales, todos reciben su colación, su indumentaria... recuerde que somos una familia que se tiene que ayudar siempre", destacó Marcela.
La escuela trabaja todos los domingo en la cancha Centenario. J
l Mauricio Riquelme C.
"Somos más que
una escuela,
tratamos de ser
una familia
deportiva".
Marcela Gutiérrez,