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Locatarios deberán dejar la mítica casona verde de Bolívar

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El 4 de mayo es la prueba de fuego para los locatarios de la mítica casona verde ubicada en la esquina de las calles Bolívar y Washington, frente al edificio de la Policía de Investigaciones (PDI) de Antofagasta. Todos ellos deberán dejar el inmueble debido a que éste fue vendido y concurrir hasta un tribunal para entregar las llaves de sus locales.

A pesar que los inquilinos del recinto sabían que ese día llegaría, nunca pensaron que la casona iba a ser comprada debido a su alto valor, lo que dificultó por más de ocho años su venta.

Ahora los cuatro locatarios que habitan las viejas murallas de esa emblemática casona, deberán emprender rumbo a otros lugares.

"Mueblería Núñez"

Hace más de 20 años, Leonel Núñez trabaja en su mueblería ubicada en la calle Bolívar 318.

Él junto a los otros arrendatarios comenzaron el mes pasado a buscar un sitio nuevo para realizar el cambio de su local.

Si bien, Núñez tuvo suerte en encontrar un recinto que cumple con los requerimientos necesarios para llevar a cabo su oficio y albergar a sus tres trabajadores, el mueblista no niega que fue un proceso difícil.

Por un lado, el sentimiento que surge al dejar la casona que lo albergó desde el año 88, y por otro, la falta de disponibilidad de locales comerciales y el alto valor de los mismos.

"Yo encontré un lugar, pero no fue fácil. El precio de los locales es alto y éstos son escasos (...) además está el sentimiento que une a esta casona", explicó Núñez.

Fue en este sitio donde Leonel pudo realizar su sueño que desde su niñez persiguió: ser el dueño de una mueblería exitosa.

Gracias a su oficio y la locación privilegiada que le brindaba el histórico inmueble, logró alcanzar educar a todos sus hijos. "Gracias a mi oficio pude educar a mis hijos y tener todo lo que tengo. Cumplí mi sueño de tener algo mío gracias a este local", manifestó el mueblista.

"letreros pizarro"

Don Manuel Pizarro es uno de los últimos letrerista de la "Perla del Norte". Pizarro, al igual que Núñez, concurrirá hasta un tribunal el 4 de mayo para hacer entrega oficial de las llaves del local que lo albergó por más de 15 años.

Con 76 años de edad, don Manuel tiene una ardua búsqueda por delante para encontrar el lugar idóneo que albergará sus letreros y materiales.

Al igual que su compañero, los altos precios y la ubicación de los recintos pone en jaque la continuidad de su oficio. "Los precios son caros. Hacer letreros ya no es la mina de hora que era hace unos 30 años atrás", expresó el letrerista.

"amira"

La señora Ludy Olivares no puede evitar emocionarse al momento de consultarle sobre el futuro de su local "Fotografía Amira".

Para la fotógrafa, la noticia del inminente desalojo fue un duro golpe. Con más de 40 años habitando el sitio con su centro de fotografías instantáneas, todavía no puede asimilar el éxodo. Este hecho ha puesto de "patas para arriba" sus proyectos personales y familiares.

Madre de dos hijas, Ludy ve el futuro un poco más negro que sus compañeros.

Esto, a raíz de que los altos valores de los arriendos son altísimos para una mujer que percibe sus ingresos de manera diaria y que lleva toda la carga económica de su familia sobre sus hombros.

"Lo que sucede es que yo vivo a diario. He tratado de encontrar un local que cueste barato, pero los que me han ofrecido están para el lado del mall, pero ¿quién irá hasta allá a sacarse una foto tamaño carnet? Nadie", dijo Ludy.

Pese a la situación de los altos precios, a Ludy se le suma el cariño y amor que le tiene a las instalaciones de la casona, puesto que le permitió la entrada de los ingresos necesarios para educar a sus hijas. Asimismo, fue esta histórica construcción la que la albergó desde los 18 años, cuando decidió aprender su amado oficio.

"Yo soy una de las arrendadoras más antiguas de la casona. Para mí es difícil dejarla porque desde que salí del liceo he trabajado aquí (...) en este lugar mis hijas jugaron, en este lugar yo aprendí el oficio", recordó emocionada Ludy.

Es en los momentos difíciles cuando la solidaridad entre los vecinos se da a conocer. Por esta razón Ludy tiene en consideración el destino de su vecino, el letrerista Manuel Pizarro.

"Yo si encuentro un lugar donde poner mi centro de fotografía, hablaré con don Manuel y le ofreceré un lugar dentro del local. Al igual que yo, el dueño de la mueblería Núñez también le ofreció un lugarcito en su nuevo local. Él es anciano, ya tiene más de 70 años y tenemos que cuidarlo", explicó Olivares.

"l y m"

"Gracias al desalojo tomé la decisión de abandonar mi oficio. Ahora quiero dedicar mi vida a predicar la palabra de Dios", aseguró Mircia Vega, la dueña del taller fotográfico "L y M".

Agregó que "este cambio lo venía venir hace ocho años, cuando los familiares de don Julián (dueño) pusieron un cartel de 'Se Vende', en el segundo piso de la casona".

Al principio, como a todos, ese hecho la sorprendió, pero al averiguar el precio del inmueble de unos $600 millones (por esos años), al igual que sus compañeros se dio cuenta que su venta no sería rápida.

Por ello comenzó con la inversión de sus ingresos en la compra y el arreglo de una casa para su arrendamiento. Todo con la finalidad de contar con dinero suficiente para subsistir al momento de su retiro.

"Estoy tranquila. Invertí en lo que debía y ahora voy a dedicarme a estudiar y enseñar la Biblia, además de disfrutar todo lo que no pude debido a mi trabajo", detalló Mircia.

Sobre el destino final de la casona, Mircia explicó que ésta sería derrumbada para construir en su lugar oficinas.

"Es una pena que no se aprecie el valor patrimonial del recinto, pero así es la cosa (...) van a derrumbar la casa y harán oficinas para abogados", finalizó Vega. J

Según lo informado por un locatario, la venta de este inmueble se llevó a cabo mediante un juicio de partición que emprendieron los nueve herederos de la propiedad en cuestión.

Cada uno de los arrendatarios deberán concurrir durante la mañana del 4 de mayo hasta el tribunal para entregar oficialmente las llaves de los recintos.

l M. José Alanís Pozo

"Yo encontré

local y no tuve

problemas...

pero no fue fácil

y es caro".

Leonel Núñez,