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Concurso sobre donación de sangre

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l ¿Sabía usted que pese a que todos los días se necesita sangre en el Hospital, son súper pocos los donantes? Parece que en Antofa no tenemos aún esa cultura de ir a donar sangre de buena onda a quienes lo necesitan. Es por eso, que el Banco de Sangre del Hospital Regional lanzó su convocatoria para participar del Primer Concurso Literario sobre ese tema, y así motivar a todos en la onda de la donación.

En el concurso -organizado junto a la Biblioteca Regional y la Municipalidad- habrán dos categorías: adulto e infantil, y pueden participar todos los habitantes de mi mágica y sorprendente región de Antofagasta. Los textos deben ser enviados al mail donantesdesangre.hra@gmail.com, desde hoy hasta el domingo 15 de marzo.

"Esta instancia nos permitirá marcar un nuevo hito en la campaña anual de donación, el cual, esta vez, va enfocado a dar a conocer testimonios, experiencias, narraciones sobre lo que pasa antes o después de recibir o realizar una donación, es ver la otra cara de la moneda, qué historia hay detrás de cada persona que la necesita o que entrega este vital elemento", dijo Susan Moreno, tecnólogo médico y coordinadora de las campañas de donación voluntaria de sangre en nuestro Hospital Regional de Antofagasta.

Los participantes pueden enviar más de un trabajo por autor, pero todos deben ser originales, ojo, y obviamente tener que ver con el tema de la donación voluntaria de sangre. Si le motiva, el ganador se llevará un televisor LED de 32 pulgadas para quien resulte ganador de la categoría adultos, y un premio sorpresa para la categoría infantil. J

Empresas deberán irse de La Portada por infringir norma

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l Hace unos días les contábamos con respecto una empresa de transporte que ocupaba terrenos cerca del Monumento Natural La Portada, pero sin permiso de la Dirección de Obras Municipales (DOM). Pues bien, finalmente la DOM ordenó el inmediato retiro de las dos empresas que siguen ahí realizando actividad comercial, que no tiene nada que ver con lo que permite el plan regulador.

En La Portada, sólo se autoriza el desarrollo de proyectos recreacionales, residenciales y turísticos, por lo que una empresa de transportes quedaba fuera de ese rango. Además, una segunda empresa también fue notificada por esta falta, ya que mantenían un galpón donde se almacenan diversos insumos.

En tanto, hoy la DOM realizará una nueva fiscalización en terreno, y en caso que quienes infrinjan la normativa, se arriesgan a multas que superan el millón de pesos. J

"Plumazo" el caballo que sale a pasear las tardes por el Trocadero

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Cada día que pasa en las playas de Antofita, uno se da cuenta que sí se puede vivir a la orilla del mar, con todas las comodidades que puedas pillar. En el Trocadero, por ejemplo, hay empanadas, sándwiches de pescado, granizados, bebidas, camas saltarinas y… hasta un caballo.

¿Quién puede necesitar un caballo en la playa?, pensé. Pero resulta que los niños se vuelven locos apenas lo ven, y pagan una luca por pasear cinco minutos con "Plumazo", un pingo de doce años que le gusta pasear por las arenas del Troca, mientras lo cuiden bien.

"Siempre hemos pertenecido al mundo de la hípica, este es de la línea de los corraleros, hace presentaciones, cuadra, de todo", me cuenta su dueña, la simpática Ingebor Ley. "Plumazo" pasa casi todo su día en un corral junto a muchos otros caballos, donde comen, toman agua y galopan felices. Ingebor dice que Plumazo es re buena onda, porque para la Teletón salió a pasear por el Balneario Municipal también a luca la vuelta, y todo lo que se recaudó fue para los niños de esa institución.

Como vi que los niños estaban locos con el caballo, yo también quise subirme un rato, pero Plumazo me pegó la desconocida, y casi me caí. Ahí saqué toda la onda vaquera de mis antepasados (antes los cocodrilos corrían caballos, pero nadie sabe) y logré sujetarme.

Ingebor explica que como soy de plástico, el caballito no reconoce mi olor a la primera, porque creo que soy el primer cocodrilo acá que monta caballos. Plumazo me tuvo que oler harto rato para que por fin pudiera dejarme subir en su lomo. Costó caleta, pero la hice.

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-La verdad no sé por qué, no le puse yo el nombre… J