El caso de la laguna Cejar
sandboard.
Cada vez que los amantes del sandboard llegan hasta San Pedro de Atacama, lo primero que buscan es internarse en el Valle de la Muerte. A tres kilómetros del poblado, el sector tiene dunas perfectas que permiten a sus visitantes encantarse con los misterios del desierto.
Al menos hasta las últimas semanas de noviembre, uno podía ingresar totalmente gratis. Eso, hasta ahora, luego de la entrega del sector en concesión por parte del Ministerio de Bienes Nacionales a las comunidades indígenas de San Pedro de Atacama y Quitor, quienes decidieron que a partir del 1 de enero se cobrará una entrada de 3 mil pesos para acceder.
"La concesión dura dos años, la idea es que después haya una transferencia", dice la presidenta de la comunidad atacameña de San Pedro de Atacama, Elisa Yanjari. Durante estos días, trabajarán con las agencias de turismo para contarles sobre la implementación de un pago.
Dentro de los proyectos que tienen los indígenas en el sector, se contempla habilitar casetas sanitarias, senderos para caminatas, y un mirador interactivo que permitirá ver toda la belleza del desierto. Según Yanjari, la temporada que se inicia luego del año nuevo será de "marcha blanca", por lo que tendrá prioridad la habilitación de casetas con un guardaparques. "En estos días no alcanzamos a hacer un complejo turístico. Lo queremos empezar a trabajar en febrero y marzo", dice.
Mientras se aplican estos cambios, el acceso al Valle de la Muerte se mantiene cerrado, como una forma de protegerlo.
EMPRESARIOS
Con el pago de tarifas en el valle, naturalmente subirán los precios de los paquetes turísticos que ofrecen los operadores de San Pedro de Atacama. "A mi me parece positivo, esto es una muestra de respeto a los habitantes originarios", dice Juan Pablo Rivas, empresario del turismo local. "Peor sería que estuviese abandonado, y a merced que la gente haga lo que quiera en el lugar", dice.
Sin embargo, no todos están tan conformes como Rivas. Guillermo Pavez, de Atacama Experience, criticó duramente la concesión. "Ahora como ven que hay flujo de caja, están tratando de cerrar todo para cobrar", dice. A su juicio, existe un "desconocimiento" del Estado en darle poder a las comunidades indígenas. "La usura no tiene nivel. Son muy pocos los que aprecian a la pachamama, el resto son simplemente comerciantes", dice molesto el empresario. J
A principios de mes, la comunidad atacameña de Solor decidió aumentar el precio de la entrada para ingresar a la Laguna Cejar, otro de los tantos atractivos de San Pedro de Atacama. De los dos mil pesos que valía el acceso, la entrada general pasará a costar $30.000 a contar del 1 de enero. La reacción en los empresarios turísticos fue inmediata. De hecho, en Atacama Experience, por políticas internas, decidió no volver a viajar a la laguna Cejar.