Fundado el 12 de Febrero de 1924
Director:
Sergio Mercado Richards
Representante legal:
Carlos Rodríguez Pérez
Domicilio:
Bolívar 1244
Fono:
Director:
Sergio Mercado Richards
Representante legal:
Carlos Rodríguez Pérez
Domicilio:
Bolívar 1244
Fono:
dinos lo que piensas
Mi nombre es Liceo Domingo Latrille, soy grueso, esbelto, imponente, de carácter duro y alma caritativa. Doy todo lo que poseo, mis conocimientos y sabiduría.
Lucho para que todo aquel que llegue a mi, salga con su frente bien alta a enfrentar un futuro lleno de ambiciones y esperanza.
Guardo en mis aulas tantas ilusiones, emociones y amores de adolescentes, corazones rotos y suspiros incrustados en cada rincón de mis paredes.
Para qué hablar de mi aniversario, los chicos del centro de alumnos se descuadraban con sus obras y bailetones en el patio. Cierro mis ojos y viene a mi memoria el Guatón Eldan, el Loro Cepeda, quienes dirigían muy bien el Centro de Alumnos que hasta revistas de gimnasia teníamos.
Lo mejor de todo era el respeto mutuo entre alumnos y maestros, si algún maestro les llamaba la atención, podía apreciar lo rojo que se encendían las mejillas de esos niños de pura vergüenza y bajaban su mirada en silencio.
Tengo grabado en mi mole el recuerdo de mi rector don Pedro Alvarado y guardo como placa inmortal el nombre de un gran maestro, don Marcos de la Vega, hombre sensillo, modesto y muy educado. Digno de destacar, todas sus clases empezaban con una charla educativa de más o menos cinco minutos dirigida a sus pupilos, de cómo tenían que portarse, agradecer el esfuerzo de sus padres por educarlos y ser personas respetuosas, enfrentar la vida con la frente bien alta, seguros de sí y con honestidad.
Todos sus alumnos lo escuchaban en silencio, cuanta sabiduría habían en sus palabras, inspiraba respeto y admiración.
¡Cómo olvidar a aquella década del 60!
Miro el horizonte de ese mar que tranquilo nos baña y promete un futuro esplendor, me pongo nostálgico y brotan lágrimas que resbalan por mis paredes húmedas, pienso que ahora me demolerán., ¡Que tonto soy! Si estoy llorando nuevamente.
¡no!,!no!.
No lo haré mas, estoy seguro que seré un gigante nuevamente, mucho más moderno y con maestros, donde la mayoría eran mis hijos, y son tan dignos y excelentes como los de aquella época. Son todos jóvenes y llenos de ambiciones, hasta me engordarán con nuevas dependencias para ofrecer a mis muchachos una buena educación.
Seguiré siendo un libro abierto del cual elegí una de mis paginas ¡La década del 60!
Adelante jóvenes, ámenme como yo los amo y muestren la educación que les doy ante los demás y orgullosos escuchen que digan: somos estudiantes del Liceo Domingo Latrille de Tocopilla.
Ester Miranda C.