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¿Hay una identidad chilena?Buque Escuela "Esmeralda"

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Por estos días, caracterizados por el masivo éxodo desde principales ciudades hacia otros destinos, tanto nacionales como internacionales, y también de las típicas referencias a la identidad nacional, vale la pena preguntarse si sigue siendo válida la idea de una identidad chilena donde los principales íconos son la china y el huaso.

Pareciera ser que no. La sociedad chilena ya no es rural y tras la serie de cambios sociales y demográficos registrados en las últimas décadas aún no ha sido posible construir una iconografía identificatoria y folklórica propia de la ciudad. Adicionalmente, lo que existe está muy ligado al campo del Chile central, dejando fuera los extremos del país y nuestros connacionales del pacífico.

Tenemos, sin duda, una identidad que largamente excede a la simbología existente. Por otra parte, también hay que considerar la participación de los nuevos migrantes, los que ya no vienen a ser "unos chilenos más", sino que en el fondo de su corazón esperan devolverse prósperos a sus países de origen. O sea, la gran mayoría continúa sin querer mestizarse. Sin embargo, lo más probable es que la fuerza de los hechos y los hijos que tengan en nuestra patria les haga ser, de algún modo, chilenos.

En definitiva, queda cada vez más patente que hay una identidad chilena por construir, una iconografía por hacer y una forma de vivir la chilenidad en las ciudades festivamente, sin que para ello sea necesario recrear campos en medio del cemento y disfrazar las plazas y parques de parvas de paja, tranqueras o picaderos artificiales.

Si lográramos eso, quizá, las fiestas patrias dejarían de ser una fuga despavorida desde las ciudades, como sucede hoy, y podríamos resignificar estas fechas, viviendo plenamente lo que implica la identidad chilena propiamente tal.

José Luis Reyes Fuentes

Ciencias de la Educación

Universidad Central

La nave fuera adquirida por Chile a España en 1954. Este acontecimiento marcó desde entonces y para siempre la vida de generaciones de marinos y de quienes han tenido el privilegio de conocer su magnífica e imponente arboladura.

La unidad, todo un símbolo en el accionar marinero de nuestro país, fue adquirida luego de que la embajada de ese país por intermedio de su agregado naval se acercara al Ministerio de Defensa Nacional con el objeto de conseguir que el Gobierno de Chile adquiriera para su Armada un buque a vela y motor de las mismas característica del "Sebastián Elcano". En 1955 inicia su primer e histórico viaje de instrucción al extranjero al mando del Capitán de Fragata Víctor Wilson Amenábar llegando hasta las costas del Japón.

Manuel Chamorro Moreno