El joven antofagastino Aarón Bravo (13 años) ya fue seleccionado para integrar el equipo nacional de béisbol que jugará los Panamericanos en el vecino país.
l Ricardo Muñoz
Aun costado del coloso Estadio Regional "Calvo y Bascuñán" de Antofagasta se encuentra el diamante, una cuna de grandes deportistas que han dejado bien en alto el nombre del béisbol antofagastino, tanto en torneos nacionales como internacionales.
Uno de ellos tiene tan solo 13 años, pero por sus habilidades ya forma parte de la selección chilena que será parte de los Juegos Panamericanos de Lima en 2019.
Se trata de Aarón Bravo, un joven que desde los seis años tomó el bate y el guante para nunca más soltarlos y se perfila como uno de las cartas locales con mejor proyección, tanto a nivel local como nacional.
Es por eso que este año en el nacional que se realizó en el diamante se consagró como el mejor primera base del torneo, lo que le permitió la clasificación para los Panamericanos.
Alumno de la Escuela F-78 Manuel Baquedano, su único modelo a seguir en el deporte es su hermano Sergio (18), quien juega en el equipo Diamantes y que cuando tenía solo nueve años, viajó hasta Puerto Rico para perfeccionarse en este deporte.
"Él me metió en este mundo del béisbol y desde ahí no pude salir, es una pasión que compartimos en familia", dijo a Soyantofagasta.
Esto motivó bastante a Aarón, quien transmite sus conocimientos y ganas por el béisbol a sus otros dos hermanos menores (siete y 12 años), es decir, es una familia dedicada por completo a la práctica del lanzamiento, batazos y recepción de la pelota.
Teniendo una gran habilidad para el bateo y también como cátcher (receptor), este muchacho comenzó jugando en Piratas, luego saltó Coyotes, de ahí a THS donde disputó un internacional en Argentina y ahora viste la camiseta de Diamantes, tal como su hermano mayor.
De una familia muy esforzada que vive en el sector norte, este joven espera algún día convertirse en un gran dibujante técnico para así devolverle la mano y todo el apoyo que ha recibido de sus padres.
Por ahora se mantendrá entrenando durante todos los sábados en el diamante, para continuar su carrera como beisbolista, esperando que pasen cinco años para ser parte de los Panamericanos y de paso, honrar a su máximo ídolo: su hermano. J