Un curioso lugar llamado Quillagua
En pleno desierto de Atacama encontramos este pueblo, estudios lo califican como el lugar más seco del mundo. Su territorio esconde momias prehispánicas, una de las mayores concentraciones de Geoglifos existentes, un valle de meteoritos y contactos del tercer tipo. Quillagua, alberga historias de lo fantástico, de lo increíble y está en Chile.
En un oasis, en medio del desierto más árido del mundo y a 280 kms., de Antofagasta se encuentra Quillagua, un pueblo que goza de una mesurada y enigmática fama. National Geographic realizó estudios y determinó que es el lugar más seco del planeta. BBC Mundo le dedicó un reportaje titulado "El pueblo donde los muertos se convirtieron en momias". Tito Fernández, nuestro reconocido folclorista nacional nos confirmó que fue en estas tierras en donde culminó su documentado encuentro del tercer tipo. A las afueras del pueblo se encuentra un valle de meteoritos. En su territorio ancestral están una de las concentraciones de geoglifos (gigantes figuras dibujadas sobre la tierra que miran al cielo) más densas del planeta, los Geoglifos de Chug Chug. Su museo antropológico posee una numerosa colección de momias prehispánicas que fascinan al turista y desatan el interés de científicos. Sus tierras fueron punto de encuentro de los pueblos Atacameños y Tarapaqueños, por aquí pasó del Rey Inca, también Diego de Almagro y sus huestes y sus tierras han sido objeto del deseo de los estados de Perú, Bolivia y Chile.
Que Quillagua tiene un magnetismo especial, parece innegable y el interés por estas tierras se pierde en la memoria. Evidencias arqueológicas han demostrado hasta ahora, que el hombre ya ocupaba este territorio 700 años antes de Cristo. Ha de ser su estratégica ubicación geográfica o la otrora fértil tierra de Quillagua, lo que provocó que el hombre siempre la tuviese en su retina.
El pueblo de Quillagua desata el interés de la comunidad científica desde hace mucho, las increíbles particularidades de su clima permiten condiciones únicas para la preservación de restos materiales y bioantropólogicos (restos humanos). Lo extraordinario del lugar, tiene por segundo año consecutivo a un grupo de voluntarios científicos de la Fundación Desierto de Atacama, trabajando en el área. El año pasado realizaron un catastro de todos los elementos patrimoniales de Quillagua, comprendiendo una revisión de las áreas de interés arqueológico, la colección prehispánica que posee el museo del pueblo y estado de conservación de algunos puntos que hacen a la historia más reciente de Quillagua, como lo son el tranque Sloman (una central hidroeléctrica que data de la época salitrera) y su estación de trenes, entre otros.
Parece ser una tierra mágica, en donde se esconden secretos bajo tierra; secretos que tratan de ser develados por equipos científicos y así poder conocer algo más de los antiguos habitantes de este lugar.
Ximena Cifuentes G.