Secciones

Colapso vial

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Transitar en vehículo por el centro de Calama se ha convertido en un verdadero martirio por estos días. Con calles cortadas, actos en plena Avenida Granaderos, para ir al centro en auto hay que ser realmente valientes. Pero las autoridades tienen que reconocer que es la única opción, porque la locomoción pública es un asco. Los colectiveros trabajan cuando se les viene en gana, se toman largas horas para tomar desayuno, para confirmarlo es cosa de darse una vuelta por las garitas, las micros vienen a la vuelta de la rueda y pasan cada 15 o 20 minutos, entonces no es opción. Frente a este realidad, es obvio que muchos optarán por el auto propio, pero tampoco hay estacionamientos suficientes. Hay que pensar soluciones porque el parque automotriz seguirá creciendo, es un hecho.

Pedro Castro.

Las deudas del 11 de septiembre con Tocopilla (I parte)

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Hace 40 años jugábamos y caminábamos como adolescentes - jóvenes por distintas barriadas de hogares pobres, sin imaginarnos lo que era un golpe de estado, asimismo para ninguno de nosotros era indiferente lo que ocurría en el país. Para la mayoría de mis amigos y de quien escribe, el gobierno de Allende representaba la oportunidad de salir de la miseria, a través de becas de estudios de la Unidad Popular y no tan solo eso, sino que un cúmulo de iniciativas que buscaban dar mejor calidad de vida a los marginados de la patria, como era el medio litro de leche diario a los menores de 6 años, viviendas dignas a los que nunca las tuvieron, un hospital en Santiago con capacidad para más de 4 mil enfermos, que se convertiría en el recinto más grande de Latinoamérica, hoy sus estructuras inconclusas sirven para guarida de ladrones. Estos eran parte de un programa para dejar el atraso económico y social de Chile de esa época.

Pero una noche negra truncó ese sueño, hoy los que fuimos afectados con detenciones, desaparecidos y muertes y que sufrimos esas consecuencias, no tenemos animadversión ni odio, por lo menos en el seno familiar no existe y dejamos a Dios perdonar esos pecados y a la justicia trabajar de acuerdo al mandato del pueblo.

Ese 11 de septiembre también provocó alegría y jolgorio en el vereda del frente, no pocos tocopillanos de la CODE izaron banderas y cantaron felices la llegada de los golpistas, pero lo que no presagiaron estos alegres hermanos fue la condena definitiva de vivir en la pobreza eterna de cientos de jóvenes sin posibilidad de estudios o trabajo de acuerdo a sus capacidades, esclavizándose a lacras sociales como las drogas, el alcoholismo y en algunos casos la prostitución con el dolor de mi corazón lo digo.

Para que las nuevas generaciones lo sepan y las antiguas no cierren la verdad en ese acto espurio fuimos condenados con el general Pinochet a hacernos desaparecer como ciudad, explico cronológicamente: En el '60 visionarios tocopillanos se organizaron para luchar por dos iniciativas que permitirían progresar al puerto, una de ellas el camino costero que nos uniría con Iquique, que recién se concluyó en los '90. Al Gobierno Militar no le importó este anhelo de los tocopillanos y la segunda iniciativa es el espigón de atraque necesario para despegar y desarrollarnos como ciudad, al igual que nuestros vecinos que ya lo tienen. En ese tiempo se formó un comando presidido por Oscar Chávez de la cámara de comercio, que luego de común acuerdo designó como presidente al exalcalde Julio Fernández, para encabezar y gestionar junto al exgobernador Alfredo Castillo en 1969 esta monumental obra portuaria. La administración de Frei Montalva ya había invertido 2 mil millones para el relleno de la explanada que es ocupada por la Capitanía de Puerto y debe ser devuelta a la comunidad para los objetivos presupuestados, un espigón de atraque.

Hugo Herrera Maffet.

Menores golpeadas

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Hace un par de días me tocó escuchar algo que me dejó sorprendida porque soy madre. Una jovencita de no más de 15 años le contaba a una amiga que había discutido con su pololo y que el terminó dándole una cachetada. No podía creer lo que escuchaba, mayor era mi impacto cuando la amiga le dice que seguramente lo sacó de quicios y que tenía que ser más paciente, en este caso la víctima reconoció que quizás era su culpa y que incluso le pidió perdón por haberlo hecho rabiar. ¿Cómo es posible que a esa edad acepten ser víctimas de violencia? Pensé, ¿será que creció en un ambiente violento y cree normal relacionarse de esa manera?. Me sorprendió y reflexioné sobre la importancia de nuestro rol de padres, da que pensar.

Isolina Muñoz.

Molesta con Unidad de Emergencia del CAN

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Quisiera expresar mi malestar en contra de la Unidad de Emergencia del Centro Asistencial Norte (CAN), en especial en contra de un grupo de funcionarios de allí.

Llevé a mi madre para atenderse en dicha institución por diversos problemas médicos durante tres días seguidos.

Dicha institución se encontraba celebrando su aniversario. Hasta ahí todo bien, pero me di cuenta que uno de esos días, pasadas las 15 horas, un grupo de funcionarios se gritaba que se vistieran o se colocaran una peluca, que ya iba a empezar el conteo y faltaba gente. Una indicaba "deja poner el suero y me voy a las actividades".

Al rato, mientras esperaba a mi madre, subí a mirar, pero mi sorpresa fue grande: varios de los funcionarios que estaban entretenidos eran los que estaban de turno en la Unidad de Emergencia.

Considero una irresponsabilidad lo que hacen. En ese momento llamé a mi madre y le pregunté por el personal y me indica que solo se ve a un doctor y a una niña de azul, el resto no se ve ni se siente.

Al rato llegan gritando que iban ganando. Y mi pregunta para ellos fue: ¿"Y los pacientes cuándo ganarán?"

Y en esto incluyo a las personas que están en admisión. Algunas son muy amables, pero otros contestan de tan mala forma que uno tiene miedo de preguntar.

Considero que si ellos trabajan en esa unidad, lamentablemente cuando les corresponde trabajar se deben perder este tipo de actividades. Pero no pueden dejar a los pacientes solos, aunque sea por un rato, para entretenerse ellos.

Puedo decir que en el piso superior se encontraban trabajando en forma normal. Tal vez colocaron turnos para no perjudicar a nadie, pero cuando fui a solicitar hora para el neurólogo, al cual fue derivada mi madre, la atención fue rápida al igual que al timbrar en caja.

La atención de la Unidad de Emergencia es muy distante de la excelente atención que tienen en el resto del CAN. Soy una persona que va muy seguido a este establecimiento, pero nunca vi una atención más mala que en Emergencia.

Lamentablemente hay varios funcionarios buenos que no se destacan por culpa de los malos. No tienen respeto por los pacientes que se están atendiendo. Lo único que hacen es hablar mal, tanto de su jefatura como de sus compañeros.

Como paciente no tenemos por qué enterarnos de lo que pasa internamente en el establecimiento.

Solo espero que la persona que dirige dicha institución logre cambiar la mala imagen que muestran de tan buena institución, una unidad como Emergencia que se debería destacar por cosas buenas, pero no por la mala atención.

Atentamente,

Rosita Toledo

Movimiento ciudadanos

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Las ciudades del norte comenzaron a levantarse. Se cansaron de espear en silencio y total abandono el tener un poco más de atención del gobierno ante sus necesidades. Alzaron la voz y demostraron que luchando sin bajar los brazos se pueden conseguir cosas importantes.

Tocopilla se hizo sentir y fuerte. Le siguió Taltal, pero lamentablemente quien comenzó con todo esto, es decir Calama, está más dormida que nunca.

A diferencia de la atención que han recibido las dos ciudades puerto, a Calama parece que no la han tomado tan enserio y esto no puede ser. El movimiento tiene que volver con más fuerza que nunca, claro que sin aceptar las soluciones parche que nos entregan.

Verónica Rivera.