Cartas
De olvidos y olvidados
Usted vino ayer, me parece que es cierto.
Si, vine ayer, anteayer y todos los dias.
¿No me recuerda? El de la flores del huerto.
No puedo recordar tanto, mucho se me olvida.
¿Usted dice que viene a diario y a quién viene a ver?
A usted ¿ya no recuerda que peino su cana cabellera y que le regalo chocolates que usted gusta de comer?
Oh si, chocolates y las flores de fragancia duradera.
¿Sabe? Cuando usted se va, siento que se va mi corazón.
Siento que es un hijo que marcha tan lejos.
Pero luego no encuentro que todo tenga razón y que mi historia ya no cabe en mi entrecejo.
¿Quién dices que eres? ¿El de las flores y chocolates?
¿Por qué me visitas si de ti no soy nadie?
¿Acaso eres mi ángel guardian que cuida nada pase y que me canta melodías que no se de donde salen?
No importa que ya no sepas ni quien soy, ni que me sientas como un desconocido, ni más de allá de las mañanas como hoy,
ni que te quiero y tú me has echado al olvido.
Te veo, madre, y te llevo siempre en mi mente, en mi corazon herido por no recibir un abrazo,
de que me veas como uno más entre la gente, ni poder acurrucarme más en tu maternal regazo.
Sabes muchacho, ya no llores por tu pena,
que de tanto verte venir con tus flores, hoy mi alma también se siente tranquila y serena,
y quiero que compartas conmigo sin temores.
Quizás ya mi mente está volando en el vacío,
pero se apreciar este tiempo en que estás conmigo.
Cuando ya no me queden fuerzas y ya me haya ido,
te llevaré en mis recuerdos como se lleva a un hijo.
Solo quiero que entiendan
si en mis sueños yo me he quedado
y mi mente ya en nadie piensa,
es que hoy vivo de olvidos y olvidados.
Manuel Pallero,
desde USA