Estudiante de la D-7 gana mención honrosa en concurso de cuentos
Certamen regional fue organizado por la Seremi del Medio Ambiente. El tocopillano Juan Muñoz fue el único ganador de la ciudad.
Un importante logro obtuvo un estudiante de la Escuela Carlos Condell de Tocopilla, al ganar una mención honrosa en la 15° versión del Concurso Regional de Cuentos Ambientales "Cuidemos juntos el planeta. Ponte en acción", organizado por la Seremi del Medio Ambiente.
Se trata de Juan Muñoz Lemus de 13 años de edad, quien es parte del 8° B de la Escuela D-7 y fue uno de los cinco alumnos que escribieron sus cuentos para este certamen, bajo la mirada de la profesora de Lengua y Literatura, Evelyn Lara.
Gran obra
Este alumno se inspiró en la costa y en los problemas de contaminación existentes en la ciudad para crear el cuento "Kafulina, la gaviota parlante", que trata acerca de cómo alguien -con pequeñas acciones- es relevante en la prevención de incidentes que afecten a la naturaleza y cómo todos pueden trabajar en conjunto para remediar desastres medioambientales, que en el cuento se refleja con el derrame de petróleo de un buque.
"Me encanta escribir, sobre todo cuentos y todo lo que tenga que ver con fantasías", indicó el estudiante de la Escuela Carlos Condell, quien afirmó que al momento de notificarle su premio como "mención honrosa" del certamen, él no lo podía creer.
Había trabajado arduamente en la creación de este texto, que si bien es un cuento, tiene que ver mucho con la triste realidad de las comunas costeras de nuestro país, en donde hay claros indicios de contaminación.
Premiación
En una ceremonia desarrollada en Antofagasta, la seremi del Medio Ambiente y otras autoridades, entregaron los premios a los escolares de la región que dijeron presente en este concurso.
Juan se sintió contento al recibir su reconocimiento, como una muestra de su esfuerzo en destacar en las letras, con este tipo de creaciones que presentan problemas reales.
Kafulina (extracto)
"En un pequeño islote de la segunda región, en medio del Océano Pacífico, vivía una gaviota que se llama Kafulina. Esta gaviota era muy especial, era la encargada de vigilar de cualquier visitante que apareciera por el pequeño islote, a todos quienes ahí vivían. Ella era muy querida por todos porque su trabajo lo hacía de manera voluntaria para apoyar a todo el islote. Kafulina tenía una característica que la hacía muy especial, cuando gritaba sonaba como una sirena, que a todos los ponía en especial "atención". Su grito era muy especial, como juntar cuatro sirenas al mismo tiempo. La llamaban la gaviota parlante y nadie quería escucharla, porque si sonaba fuerte y largo, era porque algo malo estaba pasando. Kafulina vivía en la punta del faro del islote, siempre estaba sola, pero atenta a todo. Ese islote era muy particular, ya que todo siempre estaba limpio, nadie botaba basuras ni desperdicios. Existían grupos de colaboración ambiental, los cuales se encargaban de patrullar el islote y multar a quienes, por cualquier motivo, contaminaban el ambiente o realizaban actos que no correspondían. Era un lugar ideal para vivir" (...)