La (des) aceleración de Chile

Estimado director:

Todos comentan que la economía en Chile está desacelerada. Tal vez para muchos el uso de un concepto de la física es poco claro y para otros que creen entenderlo bien lo aplican mal. Pero ¿Qué es la desaceleración? En palabras simples, todo cuerpo que se desplaza tiene una velocidad. Se mide en km/hora o m/seg. En el instante en que aumenta/disminuye su valor, se produce una aceleración/desaceleración en el cuerpo respectivamente.

Entonces aplicando estos conceptos físicos en nuestra realidad económica, cuando la economía esta desacelerada, implica que la velocidad a la que venía está disminuyendo en su valor en cada unidad de tiempo que transcurre. Tal vez en determinados momentos es preferible tener una velocidad constante, es decir una aceleración igual a cero, a ejecutar medidas apresuradas y mal pensadas, intentando acelerar bruscamente, porque el cuerpo, en este caso Chile por ejemplo, por su presente impositivo tal vez no responda como se quiere. Entonces a no cometer el error de pensar que cuando un cuerpo se mueve a gran velocidad significa que tiene una gran aceleración asociada. Es vital para determinar la aceleración/desaceleración que nuestra economía tiene hoy, conocer la rapidez con que varía su velocidad de respuesta ante las innumerables causas por las que se ve afectada, tales como la situación política y social, nivel de endeudamiento, tamaño del Estado y oportunidades de emprendimiento, situación de economía mundial, entre otras, que se oponen/ayudan decididamente a los cambios de velocidad y que finalmente se traducen en la aceleración/desaceleración de la actividad de nuestro Chile.

Luis Enrique Soler Milla

Triste por muerte de niños

director:

A veces uno como padre quiere que sus hijos vayan consiguiendo de a poco sus propios logros, en lo deportivo o en otra disciplina.

Era el caso de estos niños que murieron en Argentina, salieron felices desde sus casas, porque iban a jugar fútbol a un campeonato, algo que de seguro tenía también muy orgullosos a sus padres por esta posibilidad de ir a hacer lo que a ellos les gustaba.

Me aterra pensar en este tipo de cosas, porque yo tengo un hijo en escuela de fútbol y ellos también les ha tocado viajar. Por eso mis pensamientos y consuelo para esos padres que perdieron a sus hijos en este terrible accidente.

Ana María Pérez