Cartas
Descentralización
Señor director:
Uno de los principales desafíos que tiene nuestro país es la extrema centralización, tema que tuvo su último gran avance con el proceso de reforma administrativa de 1976 con la configuración actual de nuestro país (regiones más, regiones menos), permitió avances importantes.
Sin embargo, debemos tener presente que éste es un problema cultural, del cual no podemos estar ajeno con campañas como "La Ruta de la Marraqueta", tema para algunos lúdico y pintoresco.
Como es sabido de norte a sur el denominado "pan batido", "francés" o "marraqueta" recibe su denominación por tradición e identidad local, con una serie de tradiciones y carga simbólica que no puede pasar desapercibida ante la iniciativa, por cierto mercantilista y monopólica, de tratar de imponer un concepto a nivel nacional.
Cuando se habla de diversidad, tolerancia y respeto muy pocas veces se señala la importancia del vocablo local y su importancia en el sentido de pertenencia de la nación, el patrimonio intangible y la generación de lazo con nuestra historia local.
Es por esto que las cosas no son tan simples, una cultura de la centralización es tan peligrosa como la falta de ésta a niveles de gestión pública.
Francisco Sánchez
La franja aguanta mucho
Señor director:
Por lo visto la franja electoral es una versión mejorada del popular dicho "El papel aguanta mucho". Es el colmo que se hagan grandes promesas electorales, sin al menos indicar cuánto costarían y cómo se harían, sin asumir ninguna responsabilidad por parte de los candidatos y ni hablar de respaldarlas con sus patrimonios personales, familiares o con créditos bancarios para darles más seriedad. Pero "la gota que rebasa el vaso" es que la citada franja electoral es debidamente financiada por todos los chilenos, o sea pagamos y seguimos pagando para que nos sigan contando cuentos.
¿Por qué no existe en nuestro Chile un organismo que "lleve al papel" cada promesa electoral, probando su factibilidad antes de hacerlas públicas? Tal vez muchos rebatirán diciendo que lo anterior es antidemocrático, que limitaría la presentación de candidatos, pero olvidan que una cosa es tener arrastre popular, una sonrisa cautivante y ganas de ser Presidente (a), pero otra muy diferente es cumplir en la forma y en el fondo el que "entre el dicho y el hecho no exista ningún trecho".
Luis Enrique Soler Milla