Cartas
Adolescencia, agresividad y redes sociales
Señor director:
Durante las últimas semanas hemos sido espectadores de algunos videos donde aparecen jóvenes escolares agrediéndose fuertemente en espacios públicos. El último de ellos corresponde a dos mujeres, las cuales se golpean en una céntrica calle; todo sucede mientras son grabadas por sus pares, dando la impresión de una escena montada para ser publicada más que una disputa real. Al observarlas, no se puede dejar de pensar ¿qué hace que estas adolescentes se expongan públicamente en plena calle? y, aún más ¿qué provoca que las compañeras se preocupen de grabarlas y subirlas a internet, en vez de detener la agresión?
La agresividad como fuerza vital del adolescente ha aparecido históricamente como necesaria para la sobrevivencia. Desde la prehistoria, los seres humanos han peleado por territorio, alimentos y atención. La agresividad cumple funciones adaptativas, definida por consensos sociales (leyes), en cuanto a su aceptación, reprobación y control. Si revisamos la historia, probablemente encontraremos que en todas las épocas los jóvenes han intentado resolver sus conflictos a través de la disputa física, lo cual no significa necesariamente que esté correcto.
Por otra parte, la búsqueda de identidad para el adolescente implica un autoconocimiento, un cuestionamiento de sus habilidades y limitaciones, se forma por una continua interacción entre el mundo interno y el medio en el que se desarrolla, siendo significativa la forma en que los demás los ven en este proceso, y cómo los jóvenes dan significado a la conducta de otros.
Actualmente, el territorio ha cambiado, así como para la generación adulta, las experiencias de autoconocimiento se vivían en el barrio; hoy, el territorio es el mundo virtual, donde la valía se mide en relación a cuántas personas me siguen en las redes sociales y cuántos respondieron de alguna forma al video que acabo de publicar, con valores centrados en la popularidad e inmediatez. Entonces, el concepto de intimidad y amistad cambia, la retroalimentación que reciben de su entorno es distinta.
Por esto, lo que nos debería preocupar no es que dos adolescentes tengan conductas agresivas a la salida del colegio, sino que éstas probablemente no responden a una necesidad de sobrevivencia, sino al parecer a la necesidad de aprobación en las redes sociales, a través de alcanzar una popularidad que defina su identidad.
O puede que nuestra sociedad haya cambiado sin darnos cuenta y hoy en día, el más fuerte no se mide por la fuerza física o inteligencia, sino por el que tiene más like.
Estefanía Manosalva
psicóloga