Contraportada

Sebastián Rojas Rojo.

Ya cuando estaba en la panza, se movía mientras su padre tocaba la viola en los coloridos cerros de Salta, a los 2 años se escondía debajo de la cama mientras buscaba ballet en programas de televisión, con 3 años la llevaron para probarse en una academia pero no fue aceptada por su diminuto tamaño. Recién con 5 años de edad, Florencia Agustina Cabral logró su anhelo de incorporarse a un taller de danza, desde esa oportunidad no dejó de bailar. Desde esa oportunidad llegaron becas, viajes, profesores, etc. No ha parado de trabajar en buscar el perfeccionamiento del arte en el movimiento corporal. Según sus propias palabras "Yo nací y me casé con la danza, fue instantáneo, amor a primera vista"

Florencia tiene una mezcla de razas bastante exótica, por su padre tiene sangre árabe/española y por su madre yugoslava/italiana. Ella siente que tiene una parte de cada uno de este mestizaje y sin duda su físico se encarga de demostrarlo.

Afortunadamente para esta chica, desde el momento que se alejó del calor de su hogar, nunca le ha faltado oportunidades de trabajo, llegó a Buenos Aires con 200 pesos argentinos y con eso logró especializarse en su profesión. Ella misma se considera una chica bastante afortunada, que se emociona cada vez que va a visitar a su familia, llorar con su padre y abrazar a sus hermanos en su natal Salta.

En la actualidad es coreografía y directora del Ballet Beauty Dancers del Circo Hermanos Vásquez, lugar donde ya lleva trabajando hace más de un año, desde su cabeza han salido todas las coreografías que se presentan en el espectáculo, gracias a esto, ha conocido Chile desde Arica a Punta Arenas.

Srojasr@estrellaantofagasta.cl

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