Cartas
Hablar de Caval
Estimado director:
Nuestra Presidenta Bachelet manifestó que una vez que deje La Moneda hablará del caso Caval, lo que no debiera levantar muchas expectativas, pues según sus propias declaraciones desde la aparición del caso hasta hoy, siempre han sido que nunca supo nada, no participó en nada, ni directa e indirectamente en su tramado.
Es esperable que se traten simplemente de reflexiones extemporáneas e inconducentes en ayudar a desenredar el citado caso, que a luz de las resoluciones de la respectiva fiscalía, la investigación tiene para un buen tiempo más, manteniendo el interés de la ciudadanía que solo espera que la justicia dicte sus conclusiones definitivas.
Sin lugar a dudas el caso Caval marcó un antes y un después en el segundo mandato de la Presidenta Bachelet, con una readecuación de su agenda de Gobierno incluida y el revés en las encuestas de aprobación.
Luis Enrique Soler Milla
Compromiso con la Educación
Señor director:
Cualquiera que haya leído diarios en los últimos años sabe que un grupo de jóvenes se autoimpuso un compromiso con la educación. En el 2011, ese grupo luchaba por una "educación pública, gratuita y de calidad". Desde entonces marchas, tambores, gritos desenfrenados, bailes, expresiones culturales y muchos, muchos aplausos.
Todo un festival musical. Ese festival era protagonizado por nuevos actores: una juventud renovada, fresca, nueva, limpia.
¿Qué pasó? Bajemos el volumen para ver los resultados: ¿Educación pública? No era más que la imposición de una educación del Estado, centralista, que destruye los proyectos regionales. ¿Gratuidad? Un disfraz para prohibir la inversión personal y eliminar los premios al mérito (becas). ¿Calidad? No fue tema, nunca.
¿Cuál fue, entonces, el compromiso de estos jóvenes con la educación? ¿El de los militantes de Revolución Democrática, contratados por el Ministerio de Educación para no hacer nada?, ¿El del Partido Comunista y la diputada Camila Vallejo, que estrujaron su universidad y se retiraron con el botín?, ¿El de los diputados Gabriel Boric y Giorgio Jackson, que para proteger a sus amigos se negaron a investigar la situación de la ARCIS?
Yo, al menos, me siento engañado.
Ignacio Dülger