Su majestad, la marraqueta

La reina de la panadería chilena, sin duda es la famosa marraqueta. Es un producto tradicional de la historia culinaria chilena. Su receta, nacida en nuestro país, ha sido protagonista y compañera en las mesas durante desayunos, colaciones, almuerzos y en cuanta celebración se presenta, siendo su consumo transversal en todas las clases sociales.

En los tiempos de la Colonia el pan español y el pan chileno eran las variedades favoritas. Había otros panes que le competían a la reina, como el pan flauta, chococito y rositas, todos con masa parecida, pero no con la misma forma.

Sobre su origen existen más mitos que certezas. Todo es un misterio. Se dice que en Valparaíso vivían unos hermanos franceses de apellido Marraquet, a los que debe su nombre, pero ello no ha sido ratificado.

A partir de 1900 la marraqueta comenzó a ganar espacio. "Pan batido" en Valparaíso, "Pan francés" en Concepción y "marraqueta" en Santiago. No importa cómo se llame, es que se trata de un pan sano, que no tiene grasa y con cada vez menos sal. Y sin duda, en estos últimos años, se ha consagrado como la reina. El 16 de octubre es declarado como su día, celebrémosla entonces.

Yo votaré

Señor director:

Existe una profunda rabia contra el poder y los políticos. Esta frustración está acompañada de desconfianza, pero amigos míos, ése es el porqué que los debe alentar a votar por sus ideales.

Yo voto (solo desde que es opcional, ya que lo obligado no es democracia), primero para defender mis convicciones y valores.

Yo voto por mi compromiso y lealtad con la sociedad y para con mis hijos, y así tratar de cambiarles el Chile que no me gusta.

Yo voto porque no quiero ser responsable de que 10 pelagatos decidan mi futuro.

Yo voto porque tengo la esperanza de contar con mejores dirigentes y representantes, y ojalá con los que tienen ideas similares a las mías.

Yo voto porque quiero cambios, porque sé que protestar y vociferar al interior de mi casa no sirve, porque el progreso colectivo pasa por un avance y sacrificio individual. Porque tengo hijos, sobrinos y tendré nietos, que cuando me pregunten qué hice por mejorar mi país, responderé que alcé mi voz en un voto, para tratar de construir un Chile mejor, no para mí, pero sí para ellos.

Karen Hidalgo Alfaro