Cartas
Río 2016: razón versus corazón
Estimado director:
Queda poco para terminar los Juegos Olímpicos en Río, y separando claramente la razón del corazón para opinar de la participación de nuestros deportistas, se resume en una palabra: deficiente.
Para comenzar, lo mínimo que se le puede exigir a nuestros representantes es que mejoren sus marcas de presentación a la cita olímpica, cosa que en general no ocurrió.
En una primera impresión queda la sensación que sus objetivos se cumplieron al quedar dentro de los clasificados. En esas tentativas dejaron todas las fuerzas y dejaron de soñar. De seguro los "monstruos" mundiales en sus respectiva disciplinas los convirtieron en pesadillas, pero nuestros futbolistas de élite han demostrado que todo es posible.
Hoy nuestra selección juega de igual a igual con cualquiera, se ganó un respeto. Pero muchos dirán "nada que ver" la comparación, por el dinero involucrado, por la gran publicidad, que es un deporte colectivo, que "le encontraron la quinta pata al gato" y quién sabe cuántas cosas más.
Recordemos cuántos años estuvimos solo celebrando triunfos morales, colgados del arco, con ir al mundial nuestros jugadores habían cumplido. Los ejemplos sobran. Eso se acabó. Hoy los Vidal, Sánchez y Medel quieren ser campeones del mundo, con lo que han demostrado. La Plaza Roja los espera para celebrar.
Sigamos analizando. Celebrar el haber asistido a las "y tantas" últimas olimpiadas y volver sin medallas en los bolsillos, o reconocer que asistir a las olimpiadas es una oportunidad para aprender mirando "in situ", es un modo que los periodistas deportivos de nuestra Tv intentan hacerle una "verónica" a las frustraciones de todos.
Ahora bien, si sacamos la razón y ahora vemos todo con el corazón, debiéramos estar todos felices que Olivera cumplió su sueño de correr 5 olimpiadas llegando a la meta, que nuestra Isidora ya quedó comprometida para Tokio 2020, al igual que Ricardo Soto, nuestro "Robín Hood". Tomás González está en duda, dato aparte es que aumentó la cantidad de gimnastas en Chile, fue muy emocionante verlo "codearse" con la élite de los saltos.
En resumen, contentos por tener 42 connacionales siendo parte de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Volviendo a la razón, hoy no basta solo con participar. Los escasísimos fondos que tenemos para el deporte deben ser focalizados en nuevas caras, estudiar para qué somos buenos. Tal vez para el tenis, tiro con el arco, entre otras disciplinas. Por ejemplo, los jamaiquinos descubrieron que son astros para correr y no para lanzar la bala, lo demás es puro corazón...
Luis Enrique Soler Milla