Foto denuncia: ¡Hasta cuándo!
Aburrido se encuentran los vecinos del sector tres de Alto Covadonga que ven cómo su entorno no dura nada limpio, debido a personas que no tienen respeto por sus semejante y tiran de todo en cualquier lugar.
Aburrido se encuentran los vecinos del sector tres de Alto Covadonga que ven cómo su entorno no dura nada limpio, debido a personas que no tienen respeto por sus semejante y tiran de todo en cualquier lugar.
Afuera de un establecimiento educacional se encuentra esta fea imagen de escombros y un arbusto viejo tirados por el lugar. Es de esperar que prontamente puedan limpiar el lugar.
Señor director:
Se respira mucha indignación en el país. Y cómo no, si la desigualdad es injusta y nos enoja que solo en Antofagasta vivan más de 9 mil personas en situación de pobreza, tanto monetaria como multidimensional, pero después de la rabia ¿qué viene?
Tradicionalmente hemos catalogado el enojo como un sentimiento negativo que solo puede engendrar violencia. También podríamos decir que muchas veces se relativiza esta emoción, pero hay una anécdota donde el Padre Hurtado también sintió enojo.
Fue en una reunión con señoras de la alta sociedad de la época, donde una comentó: "Si al menos los pobres del Hogar de Cristo fueran agradecidos". El sacerdote jesuita estalló. "¿Agradecidos de qué, señora? ¿Sabe usted lo que es dormir de a cinco en una cama? ¿O alimentarse de las sobras que alguien bota a la basura?"
Pero la rabia no paralizó a nuestro Santo, muy por el contrario, canalizó esta emoción involucrándose por una causa: fundar el Hogar de Cristo.
Este motivo nos impulsa a contagiar con esta Campaña de Socios 2016, lo que movilizó durante muchos años al Padre Hurtado y transformar la sensación de rabia e indignación que provocan los casos de abuso, corrupción, injusticia y desigualdad de los que somos testigos a diario, en energía movilizadora para cambiar Chile.
"Enójate-Involúcrate" no solo es el nombre de nuestra Campaña de Socios. Con ella queremos comprometer a 50 mil nuevos socios para que se involucren en la causa de construir un Chile más digno y justo.
Llamamos a hacernos cargo de nuestra rabia, pero con un sentido distinto, no para crear un país violento, sino para que esa energía vigorice el trabajo por los más pobres entre los pobres de nuestro país. Ejemplo de ello es el compromiso de nuestros socios, pues gracias a su aporte hemos podido financiar más de la mitad de los 450 programas sociales que la Fundación mantiene a lo largo de todo Chile, acogiendo a más de 37 mil personas y sus familias.
Entonces ¿qué viene después de la rabia? Involucrarse.
Le saluda atentamente,
Solange Veloso Villarzú
directora ejecutiva
Zona Norte
Hogar de Cristo