Ricardo Muñoz Espinoza
Carla Alvarado se emociona cuando recuerda lo que vivió hace casi un año en su misma casa de la calle Puerto Natales. Mañana se cumple un año de la catástrofe que golpeó con fuerza al Norte Grande, donde la Región de Atacama fue la más afectada, pero Antofagasta también recibió la fuerte embestida de la naturaleza.
Desde el recordado aluvión de 1991 que los antofagastinos no se enfrentaban a una catástrofe de diga magnitud, la cual cobró la vida de dos vecinos, además de miles de albergados y cerca de 50 mil personas que fueron evacuadas de las riesgosas quebradas Uribe, Farellones, Jardines del Sur y La Chimba.
Verdaderos ríos de agua y barro avanzaban con todo a su paso por varios sectores, siendo los más afectados los campamentos y también poblaciones del sector norte y alto.
La casa de Carla, junto con varios vecinos de la calle Puerto Natales, fue una de las más golpeadas. La acumulación de agua inundó cada una de las viviendas, dejándolas inhabitables.
"Estaba yo en la pieza con los niños y mi papá me dice 'Carla se está entrando el agua'...yo no imaginé que fuera tanto, pero cuando vi la habitación, parecía un mar adentro. Perdí todas las cosas de mis hijos", recuerda la vecina que durante la entrevista no puede evitar mostrar lágrimas.
"El agua me llegaba hasta la cintura", dice la pobladora y agregó que arrasó con todas las cosas de la casa. Pero lo más riesgoso es que producto de la lluvia, uno de los cables del tendido eléctrico cedió y al tomar contacto con el río de barro, ocasionó que la vivienda quedara electrificada.
"Yo tome uno de los barrotes de la ventana, no sabiendo que la casa estaba con electricidad, y me dio la corriente...con suerte me soltó ", añade.
El relato continúa con los recuerdos de cómo fue luchar contra el agua que no paraba de ingresar hasta el inmueble, pese a usar baldes, además de contar con la ayuda de Bomberos para combatir la difícil situación.
"Fue atroz, me da pena recordarlo porque nosotros con esfuerzo empezamos a recuperar las cosas", añade y al mismo tiempo agradece que sólo sufrieron daños materiales.
En esta calle y casi al llegar a Huasco, posterior a los días de intensa lluvia el municipio inició un plan de emergencias frente a los daños, en donde se levantó un muro justo frente a las casas afectadas del sector para enfrentar de mejor forma una situación similar.
"Sufrimos un daño terrible"
El padre Carla, Baltazar Alvarado, también enfrentó ese momento. "Fue peor que el aluvión de 1991, hubo un río que ingresó por toda la casa. Fue dramático, se perdió todo y entonces de alguna forma salimos adelante nuevamente. Somos cinco familias que sufrimos un daño terrible", agrega el vecino y además hizo un llamado a las autoridades a revisar un proyecto de instalación de alcantarillado para aguas lluvias.