Una de las características más reconocidas del Puerto Salitrero son sus famosas rocas con formas de algunos conocidos animales, como la icónica piedra del Camello que aparece en cuanta postal o imagen hay referida a la ciudad y la también conocida piedra del Elefante.
Junto a estas dos rocas, ahora debemos sumar una más, se trata de la piedra del Indio, una roca ubicada en el camino de atajo que va desde la avenida Leonardo Guzmán hasta el supermercado Unimarc.
Aunque la mejor forma de apreciar esta obra es viajando desde sur a norte, ahí casi cinco metros al norte del supermercado, en dirección al mar se puede ver una roca con forma de cara de indio, la cual está pintada desde hace unas semanas atrás.
Anteriormente, esta singular roca estaba marcada solamente con pintura negra, la cual hacia resaltar el contorno de la figura que se apreciaba naturalmente, ahora con la pintura es más fácil aún ver la figura del Indio.
Creador
Esta singular obra fue ideada de la mente de un vecino tocopillano llamado Marcelo Jara, de profesión técnico en minas, quien después de quedar sin trabajo y como muchos padres de familia comenzó a trabajar en dos frentes diferentes para llevar el sustento diario a su hogar.
Por eso después de su trabajo habitual en un camión, toma un colectivo y sale a recorrer las calles de la ciudad, en uno de esos viajes vio la roca, la cual le pareció la cara de un indio inmediatamente.
Después de eso un día decidió marcarla junto con su pequeña hija Antonia, su fiel ayudante y compañera número uno en sus aventuras, quien también lo acompañó ahora para pintarla.
Sin embargo, esta no es la primera piedra que Marcelo le encuentra forma de algo y termina pintándola, ya que en la casa de sus padres hay dos rocas que compraron hace años y que este inquieto y creativo tocopillano las convirtió en otra cosa.
Una de estas piedras es un zorro en honor al glorioso club minero Cobreloa, el cual esta vestido con los colores del club y sostiene a un costado en su blanca cola, un macetero.
La otra es una roca alargada de alrededor de 60 centímetros que por un lado es un dinosaurio y por otro un loro. Creatividad hay de sobra. J
El día del aniversario de Tocopilla, 29 de septiembre, fue la fecha escogida por Marcelo y su hija Antonia, para comenzar a pintar la roca del Indio.
La estructura que tiene unas dimensiones de aproximadamente cinco metros de alto por once de ancho, fue pintada en casi tres horas de trabajo.
Al terminar la obra volvió a la casa donde su esposa Andrea González y su pequeño hijo Marcelito, los estaban esperando felices.
La piedra fue un regalo de cumpleaños para la ciudad.
Rodrigo Tapia Jara