Doble estándar
Señor director:
El 24 de septiembre estará marcado por la frustración que sentimos todos los chilenos de corazón bien puesto, luego de conocerse la determinación de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que rechazó la objeción presentada por Chile, respecto a su competencia en la demanda presentada por Bolivia, para lograr una salida soberana al mar.
Lo cierto es que, digan lo que digan, perdimos este primer round y solo nos cabe esperar que cuando se entre al tema de fondo, nuestros argumentos consigan lo que en justicia nos pertenece.
La inmensa mayoría del país se ha mostrado firme en la defensa de nuestra soberanía, recordando que esta tierra nortina fue conquistada en una guerra que Chile no buscó, pero a costa del sacrificio de miles de jóvenes soldados, eso no se puede olvidar, pues hacerlo constituye un agravio para quienes murieron en defensa de su patria.
Sin embargo, hay sectores minoritarios que sin ningún respeto por la historia declaran que sí hay de darle mar soberano a Bolivia. Uno de ellos es el alcalde de Tocopilla, Fernando San Román.
Hace algunos meses acompañó a su mentor, Marco Enríquez-Ominami al vecino país para ofrecerle el apoyo ante la demanda que Bolivia presentó.
Hasta la fecha se desconoce si su viaje fue financiado con dineros municipales o si fue invitado por el inconsecuente ME-O, cuyo padre, como se recordará, fue asesinado por la dictadura, lo que no fue óbice para que hace algún tiempo fuera a pedirle dinero a la empresa Soquimich, cuyo dueño era el yerno de Pinochet.
El edil tocopillano además de su ineficiencia como alcalde demostró su antipatriotismo, lo que lo ubica al borde de la traición a la Patria.
Él no es nadie para ofrecer lo que no le pertenece y ello le significó el repudio mayoritario de los tocopillanos. Pero ahora cambió su discurso y acaba de declarar que él apoya la defensa del territorio nacional.
Olvida que con ello demuestra su doble estándar y en lugar de pedir disculpas, reitera su actitud ambigua que pretende erosionar el sagrado suelo patrio.
Estoy seguro que el próximo año cuando haya elecciones municipales, la ciudadanía tendrá que castigarlo al no reelegirlo por su pésima gestión y al intento de vender el suelo en que nació, a una nación extranjera.
Lo que puede hacer es irse a Bolivia y presentarse allá como candidato a cualquier cosa. Otra solución sería que renunciara y se fuera con todos sus "colaboradores".
Finalmente uso una frase que no es mía y que dice: "En Tocopilla todos somos chilenos, menos uno".
Juan Guzmán Zamora