Instalan animita en sector donde murió indigente
Hay historias, momentos y circunstancias que son inexplicables y que escapan al razonamiento lógico que nos tiene acostumbrado el funcionamiento y monotonía diario de la vida moderna.
Una de estas historias se vivió acá y concluyó ayer con la instalación de una animita en el sector donde falleció, a raíz del aluvión, Gerardo Villalobos Fierro de 51 años, hombre en situación de calle que fue encontrado por los sabuesos de Carabineros en un cerro donde vivía a tres kilómetros del sur de Tocopilla.
Villalobos cada vez que volvía de limpiar autos en el estacionamiento del supermercado, pasaba por la garita de la institución a pedir agua caliente, por lo que se fue desarrollando un lazo de amistad con algunos uniformados.
Por eso cuando fue el aluvión el pasado 9 de agosto, los uniformados comenzaron con la búsqueda de este hombre que había sido visto por última vez, en el mismo sector donde ayer se instaló la animita.
El sueño.
Ya ha pasado más de un mes desde la tragedia, pero hace pocas semanas atrás, el comisario de Carabineros de Tocopilla, mayor Roberto Saravia, tuvo un sueño, bastante extraño y casi real que lo dejó impactado.
En este sueño, el comisario aparecía de pronto en el lugar del suceso y escuchaba una voz de una persona que necesitaba bajar urgentemente del cerro, por lo mismo se acercaba a él para ofrecerle su ayuda y se daba cuenta que era Gerardo Villalobos.
Ahí se saludaron y comenzaron a conversar, según relata el mayor Saravia, Gerardo aún no sabía que estaba muerto y sólo percibía una sensación de peligro que le indicaba que debía bajar del lugar.
Después de conversar un rato y explicarle la situación que había pasado en la ciudad y con él particularmente, Villalobos le pidió que de ser verdad lo que había contado, por favor no se olvidara de él y le hiciera una animita para recordarlo.
Al despertar de este particular sueño (o viaje), el mayor Saravia no se olvidó de esta promesa realizada a esta persona y decidió llevarla a cabo, para lo cual comenzó por construir la animita.
El Viaje
Alrededor del mediodía de ayer cinco personas viajaron al sur de la ciudad, para cumplir lo prometido, el mayor Roberto Saravia, el sacerdote Ramón Henríquez Ulloa, el suboficial mayor José Munizaga, Sergio Cortés, personal civil de carabineros y un periodista de la Estrella de Tocopilla.
El viaje fue agradable y por suerte el calor no era tan fuerte como otros días. Al llegar al lugar se bajaron las cosas y de inmediato se dejaron en el sector escogido donde se instalaría la animita.
Un grupo entre los que iba el padre Ramón y el mayor Saravia subieron cerro arriba hasta el lugar donde se encontró el cuerpo del poblador y donde se desarrolló la escena del sueño.
En el lugar, el padre Ramón, instalado en las alturas de una roca le dedicó unas oraciones para la tranquilidad de su alma y bendijo el lugar esparciendo agua bendita.
BENDICIÓN
Después de eso se quedaron mirando el horizonte.
La vista desde el lugar era fabulosa y Gerardo debió disfrutar mirar desde ahí cada vez que despertaba y tenía frente a él la inmensidad del paisaje nortino.
Cuando descendieron, la animita estaba instalada sobre una roca, se le prendieron velas y el padre dijo unas oraciones y bendijo la instalación con agua bendita.
Luego de eso volvieron a la ciudad. J