Una agrupación de mujeres que viven en Estados Unidos hace más de 25 años, envió una gran cantidad de ayuda para la ciudad, al enterarse del desastre que ocurrió con el aluvión.
Esta ayuda se materializó ayer cuando alrededor de 35 familias de diferentes sectores de la ciudad se vieron beneficiadas con la entrega de una cocina nueva por parte de la una de estas mujeres que viajó hasta la ciudad para entregar en persona el electrodoméstico.
Se trata de Mónica Díaz que vive en Long Island (New York) hace treinta años y que aprovechando sus vacaciones en el país se ofreció para entregar personalmente la ayuda que su agrupación había reunido en Estados Unidos.
Para esto viajó hasta Tocopilla con dos amigas calameñas Ingrid Albornoz y Patricia Maya, con las cuales se dirigió hasta la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, específicamente en el salón parroquial donde con la ayuda del padre Ramón Enríquez Ulloa pudo realizar su obra.
Esta historia de solidaridad y ayuda desinteresada comenzó muchos antes y a miles de kilómetros del Puerto Salitrero, con quince mujeres con una idea fija en su mente, poder ayudar a sus compatriotas en desgracia.
Chilean Charity
En la localidad de Long Island en New York, Estados Unidos, viven algunas chilenas que están agrupadas en una asociación de amigas llamadas "Chilean Charity", las cuales realizan algunas actividades de caridad para Chile.
Allá se enteraron de lo que ocurrió en el Puerto Salitrero, por lo que de inmediato decidieron ayudar a esta zona a pesar que ninguna de ellas es de este lugar.
Para eso la presidenta de la agrupación Luisa Bustos, se puso en contacto con una amiga de Calama que es misionera Ana Mendoza, la cual tomó contacto con el Padre Ramón, quien fue en definitiva la persona que realizó el catastro para escoger a las familias que serían beneficiada.
Según comentó el sacerdote, desde los primeros días del aluvión ya habían realizado un catastro en el mismo lugar de los hechos con las familias afectadas, por lo que no fue tan difícil poder escoger a las personas que realmente necesitaban la ayuda.
Ayer todas las personas que estaban esperando por la cocina agradecieron el gesto. J
Una de las personas que se vio beneficiada con este aporte fue María Flores de 86 años quien vivía en la intersección de las calles Goméz Carreño y Esmeralda, cuando el barro inundo su hogar llevándose todo a su paso.
Ayer su hija María Herrera estaba esperando poder retirar la ayuda, ya que su madre no lo podía hacer debido a la edad, en el lugar agradeció el aporte y comentó que su madre había perdido todo en el aluvión, sólo quedó con algunos muros en pie, pero todo lo demás se lo llevó,
Rodrigo Tapia Jara