Antofagasta perdió a uno de sus más grandes referentes de la radiodifusión
"Marchas e himnos militares" fue el único programa que salió ayer al aire en Radio Máxima FM de Antofagasta, en medio de los tres días de duelo por la muerte de su director, gerente y propietario, Guillermo Segundo Díaz Díaz.
Y es que el tradicional espacio, que va todos los domingo, de 8 a 9 horas, es la perfecta combinación de dos de los grandes amores de "Don Guillermo": la radio y el Ejército. Sumados a Bomberos y, por supuesto a su familia, fueron los motores de una vida que se apagó ayer, a las 5 de la madrugada, al fallecer a los 70 años en su casa de calle Hermógenes Alfaro tras batallar contra un cáncer al pulmón.
Junto a su féretro, una radio acompañó a quienes llegaron a abrazar a sus seres queridos en las primeras y difíciles horas luego de su deceso. Su viuda Lilia Ormeño y sus hijos Alexis, Marcelo, Patricio, Priscilla y José Luis, comenzaban así a recibir el afecto de cientos de antofagastinos que lo conocieron en todas sus facetas.
HOMBRE DE RADIO
Sin duda la más conocida de todas era la del hombre de radio.
El exalumno de la Escuela Normal y del Liceo de Hombres "Mario Bahamonde Silva" fue también comerciante. La reconocida Perfumería "Eva", ubicada Baquedano esquina Condell, lo convirtió en un emprendedor de muchos amigos, pero un amante de la vida y los emprendimientos como él no se quedaría sólo con una actividad.
Es así como comenzó a coquetear con el mundo radial y entró a él en la década de los '70 con la sociedad de Radio Astral, una de las primeras radioemisoras de frecuencia modulada de la capital regional que luego fue incluso reabierta.
Pero, como recordó su trabajador y amigo Román Hernández, sería Radio Máxima la que lo convertiría en uno de los grandes referentes de la radiodifusión local. La emisora nació en 1987 con un propósito más que claro: debía erigirse como un medio de comunicación informativo y netamente regional. De ahí su primer eslogan "Máxima, regional de verdad", que aún sigue en la memoria colectiva de los antofagastinos.
Con una programación cien por ciento en español, el corazón, dinero y ganas que en ella puso Guillermo Díaz hizo que Máxima se ganara rápidamente el sitial que aún mantiene en la ciudad. Además, su compromiso con el gremio le significó ser elegido presidente regional de la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI), participando en diversas asambleas y convenciones, como una celebrada en Panamá y gracias a la cual celebró para su radio convenios con emisoras de distintos puntos del orbe, como el Vaticano, México y España.
Sin embargo, "para él lo más importante era que Máxima fuera una radio que identificara a la gente de la región y que la mantuviera siempre informada", enfatizó Hernández.
Una misión cumplida más por Díaz, ya que la radioemisora jamás abandonó su línea. Música latina y noticieros con las informaciones al instante se transformaron en el sello que incluso le valió una postulación al Ancla de Oro y ser la radio oficial del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta, para sus llamados de emergencia.
Esa palabra también fue clave para Guillermo Díaz, ya que estar al aire en los momentos más complejos, especialmente en catástrofes o tragedias, era una obligación para la cual no habían excusas. Si era necesario, él mismo despachaba en vivo desde el centro de la noticia, comentando los pormenores y buscando la rápida respuesta de las autoridades para canalizar así la ayuda a los afectados.
RESERVISTA
Guillermo, conocido por su amabilidad y caballerosidad, era también muy estricto. Reservista en grado de teniente del exBatallón Logístico Divisionario N°1 "Tocopilla", aplicaba su disciplina militar en todos sus proyectos y exigía lo mismo a quienes los desarrollaban junto a él.
"Era muy apegado a las reglas, estricto al comienzo y siempre preocupado no del problema, sino que de su cuál era su solución", dijo Hernández, la "voz" de la alarma de tsunami que conoció Bomberos gracias a su jefe.
BOMBERO
Y es que junto a todo lo anterior, Díaz también era voluntario de la Tercera Compañía "Bomba Hrvatska Pascual Baburizza", donde sus restos son velados desde ayer y hasta este mediodía, cuando su féretro sea trasladado hasta el Cuartel General del Cuerpo de Bomberos, ubicado en calle Sucre 750.
Allí recibirá los honores de la institución que lo invistió en junio pasado como bombero insigne por sus 45 años de servicio y más tarde, a las 21 horas, partirá el cortejo fúnebre rumbo al Cementerio General, donde será sepultado en un mausoleo familiar. J
Iris González Gamboa