Pese a la Copa América, el Parque Japonés luce su cara más triste
Durante meses, se trató de dejar bien bonita la ciudad para recibir la Copa América. El Estadio Regional quedó impecable, y avenida Angamos se pavimentó en tiempo récord, tanto así que muchos conductores quedaron impactados con la mágica desaparición de hoyos y baches que tanto les molestaban hace un tiempo atrás.
Quedó eso sí, un detalle no menor: el Parque Japonés, ubicado frente al coloso deportivo. Cuando se inauguró, en 1963, la idea era traer hasta el Desierto de Atacama la rica cultura japonesa, con los peces koi, las flores de loto, el puente de piedras y la pagoda.
Hoy, cincuenta años después, con suerte queda la pagoda. Sólo hasta hace unos años estaban los peces koi en la pileta, pero hoy no queda una sola planta tradicional, ni una gota de agua. Sólo en un sector, una mancha verde de agua sucia recuerda que en algún momento este sector tuvo mucha vida, un orgullo para los antofagastinos y una atracción para los visitantes, que no dudaban en tomarse fotos con los peces koi, que en la cultura nipona se cree que llaman a la buena suerte.
¿Qué pensarán los turistas que vengan a ver durante estos días a sus selecciones al Estadio Regional? Alonso Barrera, antofagastino, venía todas las mañanas junto a su abuela a pasear por el Parque Japonés cuando era niño. Hoy, mira con tristeza cómo quedó el sector. "Esto está super mal, porque no debería ser sí. Deberían llenarla pronto con agua", dijo.
Por ahora, los peces Koi están siendo cuidados por una agrupación de acuaristas, mientras se termina la restauración del parque nipón. Hubiera sido ideal tenerlo para la Copa, pero quedó en deuda, esperando el regreso de su belleza que todos admirábamos. J