Vinieron solo por una semana con las ganas de poder cerrar la mayor cantidad de negocios posibles, o, por lo menos, pocos pero buenos. De Antofagasta solo sabían que era un lugar donde habían mineras, en el mejor de los casos escucharon que había un desierto, pero más de eso, la verdad que nada.
Por lo menos eso fue lo que nos dijeron cuando les preguntamos qué fue lo que más les llamó su atención. Sacamos el diccionario de inglés-español (menos mal que todos ellos parlan inglés) y nos aventuramos.
De una ciudad en el lado occidental de Alemania que sinceramente no pudimos nunca descifrar muy bien, llegó Andreas Koller. El blondo nos saludó buena onda y comentó sobre las cosas que más le impresionaron.
"Es primera vez que vengo acá, y aunque me muevo principalmente entre el hotel y acá, lo que he podido ver es realmente bueno. Ya había buscado antes en la Internet, en el sistema de la Wikipedia, sobre Antofagasta y su tamaño y ubicaciones, principalmente las cosas que son importantes acá", dijo en un germanizado inglés.
"Es diferente a Alemania, sobre todo a la parte de donde vengo que es muy verde. Pero hay dos cosas que me impresionaron bastante, primero, el mar; y segundo, las mujeres", agrega.
Directamente de Sudáfrica viajó Emmah Mogashoa para representar a su empresa en el pabellón dispuesto especialmente para su país.
Con una voz dulce y luego de afirmar que nos entendía claramente cada una de nuestras palabras, nos confesó que "es muy hermoso e interesante".
"Lo que he podido ver, me parece que es una ciudad que crece muy rápido. Pero lo que me parece muy interesante es que veo muchas construcciones de condominios completos, incluso antes de que hayan casas ya están proyectando sectores con edificios completos y estoy esperando ver si vuelvo más adelante, que hayan hogares viviendo ya ahí (...) me gusta ver la confianza que existe acá respecto a su crecimiento, lo que es muy distinto de donde somos nosotros", afirma.
También recalca que el clima es algo a lo que no está acostumbrada, con un paisaje raro que mezcla el mar y el desierto. "No es fácil explicarlo, es muy difícil para mí porque en un minuto está caluroso y al otro está ventoso y frío. Así que acá nunca se sabe cómo estará pero uno lo disfruta porque no es duro. Yo no sabía mucho del clima, pero sí había escuchado de los volcanes y terremotos que hay acá".
Finalmente señaló que pensaría volver a turistear, pero en este viaje se dio cuenta que los chilenos por lo general, no hablamos nada de inglés, lo que hace muy complicado para incentivar el turismo internacional. "Es un lugar muy duro para visitar si eres extranjero y no hablas español".
Con un manejo un poco más amplio del español, Yang Xinyue de Shangai, dijo que de Chile conocía los vinos, los que según ella son los mejores del mundo.
"La comida es distinta porque acá se repite todos los días lo mismo. En el hotel todos los días hay solo pan con huevo o pan con jamón y queso y a mí no me gusta el jamón y queso y por eso para el desayuno como pan con huevo (...) pero el huevo está muy rico eso sí", nos dijo riendo la amiga Yang. J