El miedo escénico
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Hace unos días el célebre Joaquín Sabina, con más de 55 años de trayectoria, sufrió de pánico escénico en pleno concierto en Madrid, viéndose obligado a acortar su presentación. El cantautor y poeta reconoció que se había mareado y que tuvo miedo a caerse en el escenario.
Siguiendo con los músicos, célebres artistas como Axel Rose, Barbra Streisand y Robbie Williams han reconocido episodios de ese tipo. El pianista Claudio Arrau definió al pánico escénico como 'ese temor tan intenso en que se desvanecen las notas agudas de los cantantes y toda técnica y maestría parecen evaporarse'.
El mundo de la actuación tampoco está ajeno a ello. Hugh Grant estuvo a punto de dejar la profesión, debido a ataques de pánico en el momento en que encendían las cámaras.
Entonces ¿qué queda para el resto de las personas? Quienes ejercemos el periodismo hemos sufrido desde la universidad buscando 'obtener cuñas' de público al que le solicitamos cosas que, muchas veces, ni nosotros somos capaces de hacer: emitir un mensaje coherente frente a una cámara y/o un micrófono.
Más allá de que los miedos e inseguridades que se generan al momento de exponer en público dependen de las experiencias de vida de cada persona, es justo reconocer que, como sociedad, realmente no ayudamos mucho a combatir el pánico escénico.
El miedo al error puede llegar al extremo de cohibirnos y anularnos. Curiosamente los jóvenes de hoy reconocen que, para combatir estos problemas, están integrándose a distintas actividades sociales, como las clases de teatro, que les generen inflexiones en búsqueda de la anhelada 'liberación'.
Un ejemplo de ello es que, en esta época de vacaciones, mucha gente prefiere visitar el extranjero, solo porque siente que es ahí donde puede hacer lo que realmente quiere.
Alexis Apablaza Campos
Master en Comunicación
Estimado Director: