Fundado el 12 de Febrero de 1924
Director:
Sergio Mercado Richards
Representante legal:
Carlos Rodríguez Pérez
Domicilio:
Bolívar 1244
Fono:
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Sergio Mercado Richards
Representante legal:
Carlos Rodríguez Pérez
Domicilio:
Bolívar 1244
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dinos lo que piensas
En este mundo, siempre queremos ser más de lo que somos; sin embargo, solemos estimarnos poco o menos de lo que valemos. Es esto una gran contradicción, porque en realidad no somos nada, pero sí importamos mucho o debemos interesar, no como comercio, sino como ciudadanos.
Por si misma, la ciudadanía adquirida, por el propio hecho de nacer y ser miembro de una comunidad organizada, nos obliga a plantearnos hacer algo y a implicarnos en los semejantes. En consecuencia, todos somos responsables, por la misma vivencia del individuo en la sociedad, de la alarmante cultura del desecho, especialmente entre personas jóvenes y viejos. Nuestra gran asignatura pendiente es que todavía no hemos aprendido a incluir a los excluidos en nuestro propio camino aventajado.
Solemos andar demasiado ocupados en lo nuestro, con las expectativas de los codazos de unos contra otros, en lugar de activar el abrazo de unos sobre otros. La necedad es la epidemia del momento. Únicamente nos afana y desvela el protagonismo nuestro. No pasamos de ser figurones y altaneros, cuando en realidad los que han de ser intérpretes de los cambios económicos y sociales, políticos y culturales, son aquellos ciudadanos marginados, que han de convertirse de una vez por todas en miembros de pleno derecho de nuestras comunidades.
Efectivamente, cada persona tiene que hacerse valer, y los excluidos han de ser los actores de sus personales vidas. Tienen que dejar de ser lo que son ahora, meros receptores pasivos de migajas, y poder alzar la voz, quizás a través de movimientos populares, para que les escuche ese mundo que nada en la abundancia y en el dispendio o malversación.
Ciertamente, cuesta entender que aún millones de seres humanos sigan padeciendo situaciones de explotación deplorables debido a su trabajo indecente y servil. Por mucho que se nos diga, la economía mundial continua siendo un terreno en el que no todos actúan en pie de igualdad. Y es que la ciudadanía en su conjunto, de manera responsable, pacífica y autorregulada, tiene que pasar de las palabras a los hechos y ponerse en acción, sobre todo a trabajar por el bien común y para empoderar a los marginados y desfavorecidos. Ellos no pueden esperar por más tiempo. Lo sabemos, pero hacemos bien poco por atajarlo.
Desde luego, estamos obligados a construir nuestro adecuado porvenir humano.
Y no olvidemos que ese destino, para bien o para mal, desciende del aliento de los niños que hoy van a la escuela. Por eso, pienso que la enseñanza en valores, como el testimonio de sus progenitores de coherencia, es fundamental para este tiempo de tantas incertidumbres.
Víctor Corcoba Herrero
escritor