Con motivo de una nueva visita del destacado humorista nacional, Álvaro Salas, a la Perla del Norte, nos acercamos para conversar sobre el presente de los hombres y mujeres que desempeñan esta noble y entretenidísima labor en nuestro país. Y por supuesto, poder saber cómo cuáles son los principales desafíos de los humoristas en la actualidad
El también animador de memorables espacios televisivos, como Viva el Lunes o Vértigo, cuenta que Antofagasta es el principal destino del espectáculo chileno hoy por hoy, luego de la capital. "Acá hay mucha vida nocturna y me tiene muy emocionado el poder actuar en las Ruinas de Huanchaca que es un lugar con tanta historia", comenta.
Este sábado compartió escenario con Los Jaivas y Miguel Ángel Pellao "el tenor Pehuenche". Él en lo suyo, sigue siendo el encargado de hacer reír número uno de Chile, en una época donde la principal lucha la tiene contra él mismo en las numerosas repeticiones que se exhiben por diferentes canales de sus rutinas.
"Yo hago un show que es para todas las edades. Hoy la principal complicación para alguien que ha estado en un festival, en mi caso en el de Olmué a finales de enero, y tener que dejar de lado toda esa rutina porque al final toda la gente la cuenta y la tiene hasta en sus celulares. Entonces es un doble trabajo que uno tiene ahora, porque hay que recurrir a toda la parte que dejas fuera de esas presentaciones".
Por estos días la televisación de show antiguos es un "mal" que para quienes están en el arte de contar chistes pareciera ser diametralmente diferente a la realidad de los cantantes, ya que estos últimos prefieren, pide, ser tocados la mayor cantidad de veces para que las personas se aprendan sus canciones.
"A los humoristas nos hacen un flaco favor cuando nos repiten mucho", agrega.
Diplomático, o más bien, cauto, Álvaro no es muy bueno para hablar de sus colegas en particular, así que nos pide mejor conversar "del momento" que vive su profesión.
"Cada uno hace lo suyo y cada uno tiene sus logros. En el pasado Festival de Viña tuvimos distintos estilos de humor, con distintos resultados. Yo lamenté mucho que le fuera mal a Ruddy Rey (porteño igual que él), pero la verdad es que cada uno tiene sus virtudes", analiza.
"Uno tiene sus gustos personales igual. Encuentro que hay muchos a los que se les pasa la mano eso sí, en algunas cosas (...) pero sin dar nombre, en general, el humor en el presente, se ha pasado un poco la línea al humor grueso. Parece que esa es lo que vende. Yo no comparto eso, pero lamentablemente se puso esto del , que se presta para que la gente se pase de los límites (...) obviamente en los eventos masivos donde está toda la familia viendo, no es bueno se vayan al chancho", remató. J