El club dueño del estadio Beira Río informó que no tiene recursos para las estructuras temporales.
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Porto Alegre "corre riesgo" de quedar fuera del Mundial de Brasil-2014 debido a los costos de las estructuras temporales, que el club Internacional, dueño y responsable de la remodelación del estadio de esta ciudad sede (sur), no quiere asumir.
El presidente del Inter, Giovanni Luigi, dijo que el club no puede costear los 30 millones de reales (hoy 12,5 millones de dólares) de estas instalaciones, y que negocia con la alcaldía y el gobierno del estado de Rio Grande do Sul (sur) la división de los gastos. Contratos firmados con la FIFA obligan al Inter a asumir estos costos.
"La negociación es compleja y el problema no fue resuelto. Existe riesgo de que perdamos la Copa del Mundo y no es un riesgo pequeño", dijo Luigi.
En los contratos firmados con la FIFA en 2007 y revisados en 2009, se estipula que el responsable del estadio debe costear las estructuras temporales, que incluyen el centro de prensa y voluntarios -y que en Porto Alegre quedarán en otras instalaciones del Inter aledañas al estadio-, pero además equipos como generadores eléctricos, cercas y máquinas de rayos X.
El secretario municipal para la Copa, Joao Bosco Vaz, dijo que no había "seguridad jurídica" para costear esas inversiones con dinero público, indicó Radio Gaúcha.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, visitará Porto Alegre el próximo lunes. Está previsto que el Beira Rio sea el primero de los cinco estadios cuya inauguración está pendiente de cara al Mundial-2014.
En octubre pasado, la fiscalía presentó dos acciones judiciales donde argumenta que gobierno, estados y municipios de Brasil no deben ser responsabilizados del pago de estructuras temporales en los estadios, ni servicios para la transmisión de los partidos. Exonerados estos costos, se ahorrarían cerca de 1.200 millones de reales de dinero público (500 millones de dólares).
El inmenso gasto público en obras para el Mundial es una de las principales quejas de los manifestantes que salieron masivamente a las calles de Brasil en junio pasado, y que continúan protestando aunque con menor intensidad en Rio de Janeiro. candados.J