El doctor en biología de la Universidad Católica del Norte, Carlos Guerra, apunta a los trastornos de la minería.
l Ximena Araya Monroy
Claudio Muñoz bajaba junto su jefe en vehículo por la ruta B-24 camino a Tocopilla, cuando le llamó la atención la presencia de un ave muerta en el camino, luego apareció otra y otra, hasta que perdió la cuenta de la cantidad de especies fallecidas hasta su llegada al puerto.
La situación lo alarmó por lo cual decidió recoger un ejemplar para saber de qué se trataba.
Este hallazgo fue confirmado por este Diario que recorrió hasta el sector de Colupo contabilizando cerca de 100 gaviotas garumas muertas en distintos puntos de la ruta. Otros ejemplares permanecían en las cercanías del aeródromo, volando desorientadas cuando advertían la cercanía de personas.
Un hecho que según el doctor en biología de la Universidad Católica del Norte, Carlos Guerra, se ha reportado en otros lugares de la región, como el Cerro El Plomo camino a Escondida.
Situación que a su juicio se debe a la expansión de la minería. "Son sometidas a disturbios de las camionetas. Hay estudios y compromisos que establece que deben transitar por caminos establecidos, pero lamentablemente atraviesan sitios de nidificación", refirió el académico.
Según explicó el experto, esta ave cuyo nombre científico es Larus Modestus, establece sus nidos en distintos puntos del desierto durante los meses de septiembre y octubre y luego los padres retornan de las zonas costeras durante todas las noches para alimentar a los polluelos.
Una vez que alcanzan el desarrollo esperado los guían hacia la playa. Sin embargo debido a estos trastornos muchos padres no vuelven a los nidos o los polluelos se arrancan de los vehículos y se pierden y no saben donde está el mar.
En la provincia los sitios de nidificación se encuentran ubicados en el Cerro Colupo y en la Sierra El Tigre.
El académico resaltó que la gaviota garuma tiene la categoría de conservación de vulnerable, por lo cual es necesario que la autoridad en esta materia haga esfuerzos por proteger sus zonas de nidificación.
Hasta ayer se desconocía si las autoridades tomarían cartas en el asunto. J